El problema es que Trump y la banda de forajidos y psicópatas de los que se ha rodeado, no creen en la democracia y durante este mandato el violador, abusón y delincuente que ha hackeado la pseudodemocracia yanki va de disponer de unas cuotas de poder como hace décadas, o tal vez nunca, ha tenido un presidente norteamericano.
Quiero decir con esto que el actual presidente de la "mitad de los norteamericanos" ha entrado en la geoestrategia mundial como un gorila en celo atiborrado de psicotrópicos y anabolizantes, y piensa hacer lo mismo con la Constitución, por si hay que "modificarla" adecuadamente para solucionar ese incordio de sólo dos mandatos.
Algunos analistas, que conocen a ese saco nauseabundo de corrupción, inmoralidad y complejos de toda índole, ya piensan que uno de sus objetivos es montar una dinastía en la que su hija tome el relevo.