Es comprensible la desconfianza hacia las agencias de ratings porque no son infalibles. Fallan y mienten al igual que lo hace el sistema financiero. Un banco puede equivocarse al dar una hipoteca que a alguien que al cabo de tres meses puede estar en el paro, o puede mentir, al vender unas participaciones preferentes a un jubilado haciéndole creer que es un depósito.
La principal ventaja que aporta el rating de una empresa o una emisión es al ahorro en tiempo y dinero para el inversor. Imagina que cada vez que uno quiera comprar un bono o un pagaré una determinada empresa, tenga que hacer un análisis como el que hace Petersen de Nueva Rumasa, nos eliminaría al 99% de nosotros de este tipo de inversiones:
https://www.rankia.com/foros/preferentes/temas/290011-cnmv-avisa-pagares-nueva-rumasa
El rating no nos clarifica al 100% el riesgo de una determinada inversión pero nos puede ayudar a acotarlo.
Para mí el que “toneladas” de información sobre una empresa se puedan resumir en unas letras me parece un sistema muy interesante, pero cierto es que es muy mejorable:
Son pocas las empresas reconocidas mundialmente, por lo que hay poca competencia, es difícil encontrar información sobre el cumplimiento de sus análisis (estadísticas, informes…), las empresas contratan directamente estos servicios por lo que el “que paga manda” puede pesar más sobre el prestigio internacional...
Quizás se podrían corregir algo estos defectos si existiese un organismo de supervisión a nivel internacional, del que formasen parte las empresas y estados interesados, además de las agencias calificadoras, dándose entrada a un mayor número de estas últimas pero sin sitio fijo. Es decir, cada cierto tiempo se analizarían la fiabilidad de los ratings emitidos y la que peor lo hiciese dejaría su sitio a una agencia nueva. Además, este organismo sería el encargado de pagar a las agencias de rating, financiándose con aportaciones de las empresas y los estados. Esto ultimo, junto a la posibilidad de quedar fuera del esta especie de “comisión internacional de supervisión” ayudaría a eliminar el efecto de “el que paga manda”.
Saludos