Windows Phone 7 hasta la fecha ha sido un absoluto fracaso en ventas, pero ojo, porque según todas las encuestas de satisfacción de usuarios de smartphones, los usuarios de WP7 son los más satisfechos. Sí, más que los de Android y Apple. Otra cosa es que sean cuatro gatos, pero el sistema va bien.
La última actualización de WP7, Mango, soluciona varias carencias, y está recibiendo muy buenas críticas entre los que lo han probado. Con el acicate de Nokia presionando y criticando el sistema, WP7 evolucionará a mejor ritmo, además.
WP7 no es un sistema nuevo que tenga que empezar una tienda de aplicaciones desde cero, con el lastre que ello supone, sino que parte de 20.000 aplicaciones, lo que le da una masa crítica suficiente para no ser desechado desde el principio por falta de aplicaciones (el problema actual del por otra parte buen sistema Meego).
Suena absurdo decirlo, pero Nokia es Nokia. Quiero decir que en la mente de millones de clientes, si en la tienda nos enseñan varios teléfonos aparentemente similares, en muchos países con tradición Nokia (como España), el mayor porcentaje de los clientes elije Nokia. Quizás no los geeks, pero sí la mayoría de la potencial clientela.
Con una gama Nokia WP7 que se venda, Nokia estará en condiciones de ir potenciando Meego sin prisas y sin jugárselo todo a una carta, y Meego será su siguiente apuesta.
Todo ello sin olvidar que Nokia no ha perdido el liderazgo mundial en ventas de teléfonos móviles tradicionales, donde sigue siendo líder, aunque se trata de un negocio de bajo margen comparado con el de los smartphones (Steve Jobs tiene un margen de nada menos que 300$ por cada aifon que despacha).