El neoperonismo populista y demagógico es un engaño, que Argentina acarrea desde siempre.
Es un discurso pretendidamente internacional, pero en clave interna, por las circunstancias argentinas de default internacional y del papel jugado por el FMI, como el malo que pedía recortes.
Bonitas palabras, pero sin contenido técnico real, que arregle nada, proponga nada sino que resumido dice, que "algo tiene que cambiar, para que todo siga igual".
Su marido hizo una labor difícil, en un momento difícil, pero la mayoría absoluta de esta mujer, le obnubila el sentido.
No escuchemos lo que nos gustaría oír, que es lo de que los malos están ahí fuera y que debemos ir a por ellos.
Quizás esta buena señora, debería de empezar a reconocer que Argentina, no puede dar ninguna confianza al mundo, con el ejemplo del impago, si quiere que la Comunidad Internacional y los bancos mundiales sigan pensando lejanamente, que se puede confiar en alguien, que incumple en el derecho internacional reiteradamente sus obligaciones.
Un saludo