Según he leído por ahí la única solucion medianamente válida es cambiar la titularidad del contrato a nombre del inquilino que entra.
En eso parece que estamos de acuerdo y que ante un impago sólo podrán correr tras él.
Pero a los efectos prácticos me huele a que la compañía no aceptará un nuevo cambio de titularidad en ese contrato mientras persista la deuda, por lo que procedería dar de baja ese contrato como propietario del inmueble y firmar uno nuevo. Eso conlleva unos gastos más trámites burocráticos que también pueden conllevar gastos adicionales. El resultado final es que si la deuda no es muy abultada acabará pagándola el propietario si desea que el inmueble vuelva a estar disponible para lo que estime oportuno.
Creo que la única solución válida para evitar males mayores la apuntó un forero en el Blog de Tristán haca algún tiempo. Pedir un generoso aval bancario aún sacrificando el precio del alquiler. De ese modo el banco hace la limpieza de indeseables y no se suelta el aval hasta que el inquilino se haya ido y esté todo en orden. Si el inquilino se ve en dificultades durante la vigencia del contrato acudirá a tí para buscar un rescisión y entregará las llaves para no salir perjudicado.