Le etiqueta energética es para el comprador lo mismo que el certificado médico lo es para los que tenemos carné de conducir, un puro trámite administrativo que te importa tres pimientos el resutaldo siempre que te lo admita el notario, o bien, siempre que te lo admita tráfico para darte ese carné de conducir.
Además, es muy obvio el tipo de resultado que sale, si tienes una vivienda vieja, mal aisalda se ve antes de entrar, con ventanas de hierro de la época de María castaña, techos altos y tabiques finos, ya sabes lo que hay. Si te vas a una vivienda más moderna, con cerramientos nuevos, cámas aisalantes, y doble acristalamiento pues ya sabes también. Con paneles solares, caldera de biomasa y tal, es cuando entra en la zona de mejor clasificación energética.
Por lo tanto, si quieres comprar una vivienda vieja, ya sabes lo que hay, y comparar la categoría energética con otra vivienda de hace 50 años pues va a ser prima hermana.
De la gente que conozco que compra o alquila, compraran precios, comparan si tienen plaza de aparcamiento, si tienen más o menos luz, si hay vecinos ruidosos, si tienen o no terraza, o piscina..., pero sinceramente, no he oido a nadie integrar en la ecuación si energéticamente es más o menos óptimo. Por lo tanto, en mi opinión es un trámite absurdo (ambientalmente no soluciona nada saber que una vivienda tiene una calificación o otra), para recudar una tasa por parte de la comunidad autónoma, y generar algo de empleo (que es lo más positivo). Y ojo con las inmobiliarias que ofertan certificados por el triple de lo que realmente valen bajo el paraguas de que ellos se encargan de "todo".
Salu2.
Método, disciplina y tiempo