Sí, las muertes repentinas son muy duras para quien se queda, aunque quien se vaya sea un cuadrúpedo, sea por accidente o por muerte súbita, como ha sido el caso de mi Riguito. Recuerdo todavía mi primer perrito, era un cocker americano, aún más loco que su dueña. Me dio grandes momentos de felicidad, cariño, compañía, juegos... Nunca se les olvida.
Ayer (y hoy) está Karl buscando cachorritos de diferentes razas. Yo ayer pensaba que iba a ser fácil "sustituirlo", pero hoy me he dado cuenta de que voy a necesitar un tiempo para estar preparada para coger otro. Pero viviendo en el campo, resulta casi necesario, sobre todo cuando me quedo en casa y Karl se va, buf...
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.