El ataque de la avispa asesina
Los apicultores advierten de que el insecto está acabando con las colmenas de abejas
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TERESA GARCÍA
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA Una plaga de avispas asesinas está acabando con la abeja negra canaria y las colmenas de toda la Isla. El principal foco está situado en San Lorenzo, donde existen 16 apicultores y más de 700 colmenas, pero el depredador, que fue detectado en Gran Canaria hace más de tres años, afecta también a zonas de las medianías, el Noroeste y Telde. Los apicultores aseguran que han desaparecido colmenas enteras y reclaman al Cabildo de Gran Canaria que establezca un plan para erradicar a estos dos tipos de avispas, a las que denominan tigre y lobo de las abejas.
José Florido, presidente de la Asociación de Apicultores de Gran Canaria, explicó ayer que la avispa es especialmente dañina y que un solo ejemplar puede matar a diez abejas al día, por lo que un ataque de 300 avispas puede aniquilar a 3.000 abejas. Las avispas (Philanthus triangulum) atacan a la abeja negra, especie autóctona, cuando van en pleno vuelo cargadas de polen o a punto de llegar a las colmenas. "Las atacan con su pinza y las matan. Están debilitando los colmenares. Hace años que se hicieron notar, pero cada vez hay más y se han extendido por toda la Isla", señaló Florido.
Los insectos anidan, entre otros lugares, en los huecos del terreno de los barrancos y de las montañas derruidas de la cantera de San Lorenzo. Entierran los huevos en la arena y las pupas despiertan de su letargo de un año a principios del verano, su época de mayor actividad.
Según Guillermo Santana, vicepresidente de la Asociación de Apicultores, el ataque de las avispa, que se distingue por su abdomen amarillo y dobla en tamaño a las abejas, ha reducido la producción de miel de las colmenas entre un 20% y un 30%, precisamente ahora en que esta actividad empezaba a despuntar. La matanza de las abejas, que se produce sobre todo durante el verano, debilita las colmenas, dijo Florido, quien aclaró que los agricultores están utilizando trampas para eliminarlas, pero estos métodos no dan resultado. Los apicultores han llegado a utilizar hasta sopletes para eliminar los nidos y usan botellas con un embudo en el que meten carne envenenada u otros cebos dulces. Florido consideró que la aplicación de feromonas sería la forma más eficaz para eliminarlas.
La portavoz del PSC-PSOE en el Cabildo, Carolina Darias, presentará una moción al próximo pleno insular para que emprenda la lucha contra esta plaga e inicie con urgencia una investigación para determinar la cuantía y la extensión de los daños. Darias, que ayer visitó a los apicultores afectados por la plaga en San Lorenzo, recordó que el Cabildo actuó en 2009, cuando se produjo una plaga importante de avispas asesinas. Se utilizaron plaguicidas, dijo, y se experimentaron varias técnicas de control, entre ellas la cobertura con plásticos de una duna de arena donde hacen sus nidos las avispas para asfixiarlas, una actuación que posibilitó la reducción significativa de los individuos, pero no su completa extinción.
"Pedimos que se estudie las medidas más eficientes para erradicar este tipo de plaga", sostuvo. La avispa asesina no suele atacar a las personas, pero cuando lo hace su picadura es más dolorosa porque su "veneno es más fuerte", dijo Florido.
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.