Autoconversación, no apta para cuerdos.
No fuiste dura, fuiste una vez más realista. Dijiste verdades como puños y como te dijo tu madre en aquella memorable ocasión: "Querida hija, tienes que aprender a ser hipócrita, siendo tan sincera te van a dar tortas allá a dónde vayas"
Lo siento mamá, treinta años después y sigo sin aprender tu lección.
Ya para lo que me queda de vida, ni cambiamos, ¿no? ;-)
Un saludo cordial
¡Sed felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.