Bueno, lo confieso, me has pillado, llevo un reintegro, je, je. Aunque, en realidad, el reintegro les toca a las personas normales, a mí me ha tocado un desintegro.
Llevo un reintegro, pero de una participación navideña, no de un décimo; me costó 5 euros, aunque sólo jugaba 4 euros, el resto es a beneficio de una asociación de excursionistas a caballo (sí, ya sé que suena más pijo que comerse un helado con tenedor; es lo que tienen los compromisos sociales, que acabas comprando participaciones de cualquier cosa). Bueno, pues resulta que para cobrar el reintegro tengo que ir a una oficina bancaria que está a más de 30 Km. de mi domicilio, por lo que entre gasolina, el parking (es un núcleo urbano) y el tiempo a invertir, me va a costar más de 4 euros ir a recogerlo. Así que me parece que el desintegro lo va a ir a cobrar Rita la cantaora. xD
Pues es digno de admiración la templanza con la que llevas el tema de haber tenido un décimo premiado en la mano y rechazarlo. A mí me pasa eso y me da un jamacuco más exagerado que un desmayo de Raphael. :))
Un saludo.