Vayamos al meollo de la cuestión. Decir que España tiene que tener moneda propia es decir que "somos diferentes", que nuestra economía es necesariamente menos competitiva y necesitada de devaluaciones periódicas.
Yo no lo veo así. Todos, con las reglas adecuadas, que generen los incentivos correctos, podemos hacer las cosas bien. Ejemplos de cambios de conducta con las reglas adecuadas: el tabaco y los accidentes de tráfico.
Así, dando la vuelta a los argumentos de josegaliza, tener una moneda fuerte obliga a tener una economía competitiva. Reformar las universidades, la Administración pública, la justicia, organismos reguladores, etc genera muchas resistencias, como las que mencioné en otro hilo. Fuera del euro, ganarían las fuerzas reaccionarias. La España de la peseta fue una España de salarios bajos, baja productividad y poco desarrollo tecnológico y así sería si volviésemos a ella. (Todo esto lo explican muy bien Luis Garicano y Jesús Fernández-Villaverde en su artículo "No queremos volver a la España de los años 50")
Y además no funcionaría. Al ser la peseta una moneda con expectativas de devaluación, nadie tendría pesetas (sería una inversión con interés negativo). Todo el mundo intentaría tener en su bolsillo euros, (y si no existiesen, marcos, francos, ...). Los ahorros de los españoles estarían en el extranjero. Entonces, un gobierno que seguiría teniendo que financiar su déficit con los mercados cerrados tendría que recurrir a la financiación monetaria (imprimir moneda), provocando probablemente hiperinflación.
Como se refleja en el alto déficit de balanza de pagos por cuenta corriente de años anteriores, España no se adaptó a la globalización. Y para adaptarse hay que modernizar la economía. Eso no se arregla imprimiendo palelitos.