Tras ponerla en práctica con éxito en su filial inglesa, Santander trae a España un producto financiero pensado para poner patas arriba el mercado bancario. Se trata de la Cuenta 1,2,3, una cuenta corriente que remunera entre el 1% y el 3% en función de los recibos domiciliados en la entidad. Con los depósitos al 0,5%, está claro que sus rentabilidades son atractivas, pero tienen truco: hay que domiciliar la nómina, domiciliar al menos tres recibos y pagar una comisión de tres euros mensuales. Además, si se contratan productos vinculados, la remuneración también es con acciones. La exigencia de vinculación es muy alta.
¿Cómo funciona?
Para contratar la Cuenta 1,2,3 hay que cumplir como mínimo los requisitos arriba citados. La progresividad de la 'remuneración' depende de la cantidad de ingresos y recibos. Así, la cuenta devuelve un 3% (con un máximo de 15.000 euros) para ingresos superiores a 3.000 euros; un 2% por importes de entre 2.000 y 3.000 euros y un 1% para saldos de entre 1.000 y 2.000. En cuanto a recibos domiciliados, Santander devuelve en efectivo entre el 1% y el 3% (con un máximo de 110 euros mensuales) del importe de gastos de tipo muy variado, desde el agua, la luz y el teléfono a seguros, gastos escolares o impuestos municipales.
El objetivo de esta cuenta es la fidelización del cliente, aumentando su vinculación, por lo que también tiene una 'recompensa' para los usuarios que contraten otros productos de la entidad. Aquí la forma de 'tentar' al usuario es con la entrega de acciones de Santander. Al abrir la cuenta, se le entrega un título al usuario, y luego, según la cantidad que se invierta, se le dan más acciones, hasta un máximo de 30. El usuario puede renunciar a recibir estas acciones.
La Cuenta 1,2,3 tiene el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos, que garantiza hasta 100.000 euros por cuenta y titular en caso de problemas de la entidad. Otra de sus características es que no tiene compromiso de permanencia.
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