Mira, lo que has demostrado es precisamente lo que yo digo...
Entre dos alternativas malas, incluso horribles, es posible hacer una graduación... es posible determinar cual de dos cosas malas es peor... De hecho, resulta que yo también coincido en tu elección: entre morirme de un infarto fulminante o de un cáncer de larga duración, yo también prefiero el infarto... creo que la gran mayoría de la gente a la que le hagas la pregunta coincidirá en ésto. Por ello creo también, que el argumento (demagógico en grado sumo) que pretendías utilizar para descalificar mi comentario es, además, contrario a tu tesis porque lo que demuestra es que, efectivamente, entre dos males resulta sencillo en ocasiones determinar cuál de ellos es peor, cuál es (por tanto) menos deseable.
Creo que no hay ningún partido ni doctrina política que entre sus objetivos busque generar precariedad laboral, más bien creo que aunque no exclusivamente, tod@s buscan precisamente lo contrario (digo no exclusivamente porque generalmente éste no es el único objetivo, suele haber más: la paz en el mundo, la felicidad, etc... creo que en los concursos de misses se suele hacer un buen resumen de todo esto). La principal diferencia, desde mi punto de vista, que hay entre distintos partidos o doctrinas políticas en este aspecto radica las premisas que se utilizan, que si son erróneas conducen a soluciones necesariamente erróneas y, por tanto, en cómo abordar los problemas...
La situación es la siguiente el mercado de trabajo es eso: un mercado. Por ello, nos podemos dar de cabezazos con el mismo muro de realidad las veces que queramos (y sí, lo seguiremos haciendo), pero hasta que no alcancemos una situación cercana al pleno empleo en la que sean las empresas las que tengan que competir para conseguir mano de obra y no al revés, no vamos a conseguir que las condiciones de trabajo mejoren realmente...
Intentando mejorar las condiciones laborales a golpe de decreto lo único que se consigue son efectos perniciosos y contrarios a los intereses de los sujetos a los que se pretende beneficiar con dichas medidas (los trabajadores)... se consigue más desempleo, más situación de necesidad entre los trabajadores y más facilidad de sustitución por parte del empresario... por cierto, lo digo también: más desequilibrio entre las situaciones de uno y otro (empresario y trabajador) que seguramente, en el caso de empresarios sin escrúpulos puede suponer situaciones de abuso frente al trabajador.
Y ahora, para que el que lea esto no se haga una idea equivocada: yo no soy un empresario (aunque no me importaría serlo, respeto mucho a los que lo son y son decentes... tienen más valor que el que he tenido yo), soy un trabajador que, por cierto, tengo un trabajo PRECARIO, tan es así, que mis compañeros y yo, llevamos más de 3 años recibiendo insinuaciones de nuestra empresa de que van a prescindir de nosotros... Ya sé que habrá gente que dirá: si llevas así tanto tiempo ya llevas trabajando más que lo que muchos hemos conseguido juntar... y, efectivamente, así es y por eso puedo decir sin mucho miedo a estar equivocado pero con algo de miedo a perder mi trabajo que: ES MEJOR TENER UN TRABAJO PRECARIO (el mío además de precario es alienante) QUE NO TENER UN TRABAJO.
Saludos.