Como siempre que se habla de inmigración la gente salta con lo que ve o lo que supone que ve a su alrededor, pero en el fondo su visión está deformada y no saben ni lo que dicen:
1º, y más importante: no confundais inmigración con delincuencia, porque son cosas muy diferentes. El delincuente lo es en todas partes y se queda allí donde puede trincar más con menos riesgo.. por desgracia España es uno de esos países, pero no de ahora, en realidad llevamos más de medio siglo acogiendo a canallas de todas las latitudes.
2º- Parece que nos olvidamos muy pronto de que en la época de bonanza casi todo el volumen de trabajo extra, a cualquier precio y con condiciones "flexibles" lo hacían los extranjeros. Ahora que vienen vacas flacas (y siempre vienen, es algo que nunca tarda mucho) querríamos volver atrás y rehacer la cuenta desde 0 ¿verdad?... Pues no es tan fácil, el que uno de esos trabajadores tercermundistas se deje explotar a veces no significa que sea gilipollas, y mientras le quede alguna posibilidad de vivir mejor que en su país no se irá del nuestro (y hace muy bien, además). Si el sistema de protección social nos sale muy caro y no lo podemos mantener, la consecuencia es que desaparecerá, así de simple, no es cuestión de que haya más o menos beneficiarios extranjeros, es que nos lo hemos cargado entre todos y se ha acabado.
3- Lo del ministro inglés es de traca y conociendo la hipocresía de que hacen gala por allí (no todo lo malo sucede en España) apostaría a que él mismo tiene a su servicio a más de un pakistaní cobrando la mitad de lo que él predica. El mercado de trabajo tiene unas reglas propias y el intervencionismo "contra natura" no hace más que agudizar el ingenio de la gente y aumentar el fraude. Y lo que dice nuestro buen amigo Jcppr es cosa para reflexionar y volver la vista atrás: eso que dices sobre que las dictaduras fomentan la emigración para evitar conflictos sociales se puede aplicar muy bien a la España de los años 50, 60 y 70. Y me parece que eso a la larga no nos impidió avanzar como sociedad ni entrar en el número de las grandes economías mundiales.