Alemania y Finlandia se quedan solas: el riesgo se dispara en la eurozona
El castillo de naipes se va derrumbando. Una a una, las naciones de la eurozona empiezan a saber lo que es tener sus primas de riesgo incendiadas y el coste de financiación cada día un poco más alto. La línea roja está marcada entre los 450 y 500 puntos. Ese es el precipicio que lleva a la intervención. Pero antes hay todo un camino por recorrer que empieza cuando el riesgo-país, la diferencia de rentabilidad entre el bono nacional a diez años y la todopoderosa deuda pública alemana, supera los 100 puntos.
A España eso le pasó en mayo de 2010 y resulta difícil de olvidar. Tras una noche de pesadilla, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lanzó un giro radical a sus políticas para atajar el ataque de los mercados: congelación de las pensiones y recorte del salario de los funcionarios.
No funcionó, como tampoco Italia ha podido contener su prima de riesgo ni con la salida de Silvio Berlusconi ni con los planes de austeridad que ha implantado el Gobierno tecnócrata de Mario Monti. En estos momentos, los dos países están por encima de los 400 puntos de diferencial con Alemania.
"El riesgo de los países de la periferia", clamaban muchos en ese momento. "Naciones que han vivido por encima de sus posibilidades y ahora tienen que darse un baño de austeridad". El problema es que la periferia de Europa se está convirtiendo en una zona muy grande: solo Alemania y Finlandia están netamente fuera de ella.
"El mercado sigue penalizando el hecho de que la gobernanza europea continúa sin resolver sus problemas", explica Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia e investigador del Ivie. El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera no se ha convertido en el cortafuegos que se esperaba "y sin ese escudo protector el riesgo sigue subiendo", añade.
El resultado es que Alemania y Finlandia son los únicos países que mantienen el favor de los mercados. Holanda, que hasta hace poco también estaba en este oasis, empieza a sentir el aliento de los perseguidores. La ruptura del Gobierno de coalición por las discrepancias sobre los recortes ha disparado este lunes la prima de riesgo más de un 15%, hasta superar los 75 puntos.
Para los teóricos de la periferia, Holanda es la que marca la frontera. A partir de ahí, el resto de los ocho países de la eurozona tiene un diferencia con Alemania superior a los 100 puntos. En este grupo está Austria, cuyo banco central se ha pasado meses azuzando contra los presuntos incumplidores de la ortodoxia fiscal; y también Francia (la próxima en caer, según los más apocalípticos), que ronda los 145 puntos. Todavía le queda un poco, pero Bélgica ya coquetea con los 200.
Es verdad que a partir de ahí hay un salto importante hasta los más de 400 puntos de Italia y España, pero todo es empezar. Irlanda y, sobre todo, Portugal y Grecia, están en otra liga.
Sin un cortafuegos real, el miedo a la podredumbre que puede esconder el sistema financiero de varios países campa a sus anchas. Al igual que la certeza de que el crecimiento para la eurozona es una quimera que se aleja un poco más cada vez que se aprueba un nuevo plan de austeridad. A eso se suman malas noticias desde resto del mundo. "Las previsiones de crecimiento para China o Brasil se han recortado, y un menor impulso de estas zonas repercutirá también en Europa", señala Maudos. Y el castigo se sigue extendiendo. ¿Se quedará sola Alemania?