Seguro que los empresarios de la hostelería estarán "encantados" con las consecuencias de semejante estupidez de medida: la inmensísima mayoría de la gente cogería los menos días de vacaciones posibles, y se quedaría en su casita para intentar ahorrar. Vamos, que no irían ni a tomarse una caña al bar de la esquina, ya ni hablemos de irse fuera de su residencia habitual.
Marianico el corto ha descubierto un sector que aún no está totalmente hundido, el hostelero, y ha pensado que basta de privilegios, que los hosteleros tienen que estar tan mal como el resto de sectores, faltaría más.
A seguir disfrutando de lo votado, quienes les votaron.