Bueno, ten en cuenta que la investigación para hacer esos robots que van a Marte o los aviones sin piloto es, en muchos casos, la que permite mejoras en la industria civil. Aunque lógicamente una placa solar de un satélite es mucho más eficiente que una doméstica, pues en el primer caso el coste no es uno de los principales obstáculos (es mucho más importante reducir peso, por ejemplo, que para una casa no es importante). Y lo mismo pasa con los avances en aviación militar. Por ejemplo, los pañales desechables de los bebés se los debemos a la carrera espacial (entre otras muchas cosas)...
Toda investigación es buena, incluso la de la ciencia básica que en principio no tiene ninguna utilidad práctica. A Faraday, que descubrió la inducción electromagnética (base de los motores y los generadores eléctricos), le preguntó el ministro de Hacienda inglés qué uso podrían tener sus descubrimientos. Faraday respondió algo así como: "No lo sé, pero apuesto a que algún día el gobierno le pondrá un impuesto."
Aunque por mucho que investiguemos, no todo es posible (o viable). Lo de los coches eléctricos tiene mala pinta (entendiendo por "coche" algo con similares prestaciones a los actuales). Por no hablar de camiones, maquinaria o aviación...
Lo de los edificios va a cambiar sí o sí. Aunque a Calatrava la sostenibilidad se la traiga al pairo, está claro que es un requisito cada vez más importante para los arquitectos. A día de hoy muchos edificios serían inhabitables (grandes rascacielos acristalados, por ejemplo) sin un aporte constante (y brutal) de energía. Pero según se hace esta más costosa, más importancia cobra este aspecto para los inquilinos.
¡Bah! carnero, oveja. A tu raza, a tu vellón y a tu clan sé leal.