Juncker dice en Alemania que se impondrán condiciones "muy duras" a España
El Eurogrupo impondrá exigencias "muy duras" a España en materia de ajustes presupuestarios y reformas con el fin de corregir los desequilibrios económicos del país, según ha asegurado este martes su presidente, Jean-Claude Juncker, en una entrevista a la televisión de Baviera (Alemania). Estas declaraciones son muy diferentes de las que han llegado desde la Comisión Europea o desde el BCE. Ambas instituciones tendieron la semana pasada la mano a España y aseguraron que el rescate no tiene por qué tener condiciones adicionales.
El propio Juncker anunció el pasado viernes tras la reunión del Eurogrupo informal de Chipre que España se había comprometido a adoptar nuevas medidas de ajuste presupuestario para este año si era necesario para cumplir el objetivo de reducir el déficit al 6,3% del PIB.
El presidente del Eurogrupo desveló además que el Gobierno de Mariano Rajoy aprobará antes de que acabe el mes un nuevo plan nacional de reformas estructurales siguiendo las recomendaciones de la UE y con un calendario preciso de aplicación.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, confirmó que el plan se presentará el 27 de septiembre, junto a los presupuestos para 2013, pero aseguró que no contiene más recortes sino medidas para impulsar el crecimiento. De Guindos dijo que los ajustes aprobados hasta ahora, en particular la subida del IVA, serán suficientes para cumplir el déficit y negó que las nuevas reformas sean el primer paso para pedir el rescate.
En su entrevista con la televisión bávara, Juncker asegura que "no es cierto que los programas (de rescate para Grecia) hayan sido ineficaces y defiende que la competitividad de la economía griega ha mejorado mucho y que sus costes salariales han caído de forma significativa.
Una salida de Grecia del euro "sería desastrosa para los griegos" y "Europa en su conjunto se vería también debilitada", ha sostenido el presidente del Eurogrupo.
Juncker ha indicado además, en línea con la postura de Alemania, que los planes para crear una unión bancaria deben prepararse cuidadosamente, y que resultaría difícil que el Banco Central Europeo controle desde el principio los 6.000 bancos de la eurozona como quiere Bruselas.