Nuestros políticos, por cuestiones de rédito electoral (como casi siempre), se han encargado, desde uno y otro "bando", de fomentar la desafección de Cataluña hacia el resto de España y viceversa. Si fomentar la animadversión da votos, ¡pues se fomenta cooooño! Si el anticatalanismo da votos, pues todo dios a hacer un master de anticatalanismo y, desde los medios "afines", ¡soltemos los perros! (y esto es aplicable al antiespañolismo desde el otro lado de "la trinchera").
Los problemas reales, que afectan a todos los ciudadanos, catalanes y no catalanes, son el paro, los recortes de salarios, derechos y prestaciones, el empobrecimiento de la población y las nuevas medidas que vendrán tras el famoso rescate (¡ups!, que digo). Ante este panorama, del que tanto Rajoy como Mas (en su ámbito competencial) tendrán algo de culpa, ¿agitar tensiones territoriales soluciona los problemas reales de los ciudadanos?
¿En qué ha mejorado la situación de los ciudadanos catalanes desde que Mas y su tropa gobiernan la nave? y, por la otra parte, ¿las medidas rajonianas han supuesto algo positivo para la ciudadanía en general (española o catalana)?
Se puede consensuar una financiación más justa, incluso canalizar la mayor demanda de autogobierno de Catañuña, sólo falta voluntad política para hacerlo, pero claro, dicha voluntad choca frontalmente contra los intereses electorales en juego y, enarbolar la bandera del nacionalismo independentista o del nacionalismo españolista, ante la masa de prosélitos feroces y forofos, queda "chupy guay".
Saludos y concordia.