En parte, en realidad la crisis tiene tres patas:
La mala gestión nacional del credito barato.
La razón de que llegase ese crédito barato es doble:
La increible liquidez del mercado mundial de capitales entre el 97 y 2007, provocado como reacción de las economías pobres a la crisis global del 97, donde se hizo manifiesto que para sobrevivir en el mercado mundial tenían que ahorrar muchos dólares
http://laproadelargo.blogspot.com.es/2012/09/la-guerra-de-divisas-ii-el-origen-de-la.html
Por último, claro: el euro.
Más información:
http://laproadelargo.blogspot.com.es/2012/06/por-que-ha-quebrado-espana.html
la controversia en torno a la crisis se ha centrado en el primer y último punto y ha olvidado el segundo. La desafección hacía el euro, en este contexto, surge de forma natural, ya que aunque fue solo una de las causas de la crisis, las actuaciones de Europa están complicando mucho su resolución. Todo se decide en reuniones mensuales de 17 jefes de estado, con unos debates que supongo enconados y con una lentitud pasmosa. Pero lo peor es que el diagnóstico ha sido equivocado, al menos con España. España no tiene una crisis fical como Grecia, sin embargo todos estamos empeñados en reducir la deuda pública, en el peor momento y de forma demasiado apresurada, ante la presión de los mercados. Pero los mercados no piden eso, no piden agudizar innecesariamente la recesión
http://laproadelargo.blogspot.com.es/2012/10/la-deuda-publica-y-la-sabiduria.html
Ahora toca decidir que hacemos con un euro que no convence. Romperlo es muy costoso, así que las élites se han embarcado en el proyecto del euro 2.0. Volver al mercado mundial con una soberanía monetaria que permite crear a discreción pesetas sin valor en el mercado mundial no parece una solución muy apetecible, sin embargo, ese euro 2.0. se está diseñando de espaldas a una ciudadanía a la que se supone demasiado aborregada para participar en ese debate ¿Que hacemos?