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Guerra al consumo para frenar el genocidio del hambre

10 respuestas
Guerra al consumo para frenar el genocidio del hambre
Guerra al consumo para frenar el genocidio del hambre
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Guerra al consumo para frenar el genocidio del hambre

La viñeta es de Miguel Brieva.

La viñeta es de Miguel Brieva.

El hambre es un genocidio diario de 65.000 seres humanos. No lo digo yo: lo dice Federico Mayor Zaragoza, ex secretario general de la Unesco, y a quien percibo cada vez más indignado y más radical, según los tiempos se van enrareciendo y el capitalismo nos va mostrando su verdadero rostro, ese que la socialdemocracia disimuló en Europa durante algún tiempo. 65.000 personas mueren cada día de hambre y enfermedades perfectamente evitables relacionadas con la pobreza. Un genocidio silencioso y silenciado, implacable. Según las estimaciones de la ONU y de ONGs, entre 800 y mil millones de personas sufren hambre crónica en este planeta que habitamos más de 6.000 millones de seres humanos. Otros mil millones están mal alimentados, si bien, y aquí comenzamos a enfrentarnos al absurdo al más puro estilo del capitalismo salvaje, algunos lo están por exceso -esto es, los millones de obesos y diabéticos que genera la opulencia de los países del Norte-. Y mil millones de personas no tienen acceso a agua potable. Delante de estas cifras, resulta difícil tragar la noticia con la que Intermón Oxfam (IO) agitaba nuestras conciencias hace unos días:los ingresos en 2012 de los cien más ricos del mundo acabaría ¡¡4 veces!! con la pobreza mundial. Cuando escuché la cifra por primera vez, tuve que buscarla en internet y leerla detenidamente varias veces antes de creérmela. Repito: para acabar con la pobreza en el mundo, esa que cercena cada día la vida de decenas de miles de hombres, mujeres y niños, bastaría con que las cien mayores fortunas del globo aportaran el 25% de sus ganancias. Ni siquiera haría falta expropiarles: bastaría con tomar la cuarta parte de sus ingresos para frenar ese genocidio cruel y sinsentido. Dirán que es una utopía; se agarrarán a aquello de que “siempre hubo pobres y siempre los habrá”. Pero no es cierto: “la pobreza no es un fenómeno natural; es una vulneración de los derechos más básicos de las personas”. Es más: sin pobres no hay ricos. El contundente informe de IO pretendía alertar sobre el crecimiento disparado de la desigualdad en las dos últimas décadas, esas en las que el neoliberalismo ha campado a sus anchas. Con la crisis, en España se aprecia este fenómeno como nunca antes: porque, mientras aumentan el paro y la pobreza -los comedores están saturados por la afluencia masiva de un sector social que nunca pensó que acudiría a estos servicios-, pero el número de ricos se ha duplicado, y ya supera los 600.000. La capa de las clases medias adelgaza al son del American Way of Life. Y, como recuerda Intermón, los excesos no sólo son inaceptables desde el punto de vista ético, sino también “económicamente ineficientes, políticamente corrosivos y medioambientalmente destructivos”. El cambio climático lo pagaremos todos, pero cada individuo del 1% más rico en Estados Unidos utiliza 10.000 veces más carbono que un ciudadano medio norteamericano. Hay una guerra (de clases) Hay una guerra, y la están ganando los ricos. Por goleada. Vamos entendiendo que “los mercados no distribuyen los beneficios, sino que los ponen en manos de una minoría” para la que el resto somos “mano de obra, bestias de carga o carne de cañón”, escribe el escritor Benjamín Prado.Pero nunca es tarde. “Usemos nuestras armas”, nos recuerdan desde la revista Números Rojos, y proponen una: la desobediencia civil. Prado propone otra: el ‘ahorro ideológico’: “nuestras tijeras contra las suyas”. Porque “la mejor manera de defenderse es con las mismas armas con las que te atacan”. Algo tenemos claro: sin un consumo sostenido, las economías del mundo global no pueden seguir creciendo a esa tasa mística del 3% que necesitan para sobrevivir. Luego el descenso del consumo es también una forma de rebelión contra el expolio”, que dice Prado. Entonces, “que cada euro que no se gasta sea un mensaje: hasta aquí habéis llegado”. O, añadiría yo, que cada euro que se gasta, pero de otra forma, sea también un mensaje: hay alternativas. Y consumir es un acto político. por Nazaret Castro
#2

Re: Guerra al consumo para frenar el genocidio del hambre

La evolución del hambre en el mundo en las últimas décadas (las de la globalización y el neoliberalismo) ha sido muy positiva, probablemente la mejor de la historia. Por supuesto, todos desearíamos que no hubiera hambre y punto, pero lo cierto es que nunca antes el porcentaje de personas que pasan hambre ha sido tan bajo. La pobreza extrema pasó del 52% de la población mundial en 1981 al 26% en 2005.
Todo indica que este éxito ha sido no gracias a la ONU, ni las ONGs, sino a la globalización y el capitalismo.
Un saludo

#3

Re: Guerra al consumo para frenar el genocidio del hambre

¿? Esos datos están manipulados o directamente son falsos, por lo tanto sus conclusiones también, imagino que los habrás sacado de algún informe del Banco Mundial...

Aquí te dejo un par de artículos que explican sin sesgo ideológico cómo se realizan y en que pecan estos informes,
Un artículo de Adam W. Parsons de STWR, una ONG para la justicia económica y social: http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/03/17/banco-mundial-una-disminucion-de-la-pobreza-en-el-mundo/

Y otro de Iliana Olivié, investigadora para la cooperación internacional y desarrollo del Real Instituto Elcano
http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/cooperacion+y+desarrollo/ari+184-2004

Saludos cordiales.

#4

Re: Guerra al consumo para frenar el genocidio del hambre

Solo un apunte: si por acabar con la pobreza se entiende que todo el mundo viva como los americanos (o como nosotros), vamos listos. Bill Gates podrá desayunar caviar a diario, pero si reparte su fortuna, no todos podrían hacerlo, simplemente porque no hay caviar suficiente. Hay que distinguir entre riqueza (que cuesta producir) y dinero (que se puede imprimir a voluntad).

¡Bah! carnero, oveja. A tu raza, a tu vellón y a tu clan sé leal.

#6

Re: Guerra al consumo para frenar el genocidio del hambre

y para que hablar de los oligopolios energéticos, donde medran ex-presidentes y ex-ministros y consortes de ministros. ahora ya están consolidando el oligoplio financiero, y la verdad, sus efectos se empiezan a notar.

Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.

#8

Re: Guerra al consumo para frenar el genocidio del hambre

¿Habéis visto los documentales de Zeitgeist? Ahí te dan indicios de como funciona el mundo, puedes creerte o no lo que en el se cuenta, ello depende de ti, ahora estamos en el mundo de la información, y tu puedes sacar tus propias conclusiones, pero a modo de resumen,

El poder y la riqueza está en muy pocas manos y familias.Esto quiere decir que todos están muy unidos y organizados , luchando por un bien común, el SUYO.Al contrario que los de "abajo" que siempre vamos en direcciones opuestas.

A los bancos se les ha concedido el mismo poder que a Dios, crear algo de la nada, DINERO.

Los estados como "ente" son súbditos del poder económico, y los que habitan ese estado son su ganado.

Y como dijo JP Morgan "Aquel que controle el flujo de dinero, controlará el mundo"

Un saludo.