China 'echa el freno' y pone en riesgo su objetivo de PIB para 2013
La economía china siguió desacelerándose en el segundo trimestre del año, al crecer a una tasa del 7,5%, dos décimas menos que el anterior, lo que muestra la fragilidad de la segunda economía mundial y pone en riesgo el cumplimiento de la meta de crecimiento marcada por Pekín para 2013.
La Oficina Nacional de Estadísticas informó de que la economía se ralentizó entre abril y junio lastrada por la bajada del comercio exterior -cayó 4,9 puntos porcentuales con respecto al primer trimestre-, la inversión en activos fijos (0,8 puntos menos) y la producción industrial (0,2 puntos menos).
La tasa de crecimiento registrada en el segundo trimestre está en línea con las previsiones de los analistas y coincide con la meta mínima establecida por las autoridades chinas para este año, después de que en 2012 la segunda economía mundial aumentara un 7,8%, su tasa más baja en trece años.
En la presentación de los datos, el portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas, Sheng Laiyun, aseguró que la economía china "llevó a cabo un desarrollo sostenido y creció a un ritmo moderado" y que los principales indicadores "siguen dentro de rangos razonables, pero el entorno económico sigue siendo complejo".
Este es el segundo trimestre consecutivo en que la segunda economía mundial sufre una desaceleración de su crecimiento, después de un leve repunte en los últimos meses de 2012 que, a día de hoy, parece no haberse consolidado.
De hecho, y debido a las previsiones poco alentadoras para la segunda mitad de año, varios analistas ven como una posibilidad "real" el hecho de que China finalmente incumpla el 7,5% de crecimiento que el Gobierno fijó como objetivo mínimo para este año, algo que no sucede desde hace 15 años.
"Ciertamente este año China registrará menos crecimiento económico, quizás poco más del 7%, aunque el Producto Interior Bruto (PIB) real probablemente será aun menor. Lo importante es que el crecimiento seguirá cayendo de forma dramática por muchos años más", aseguró Michael Pettis, profesor de Finanzas de la Universidad de Pekín.
China experimenta un menor crecimiento en los últimos trimestres debido al reajuste de su modelo económico, muy dependiente de las exportaciones y la demanda externa, para orientarlo hacia uno donde el consumo interno sea el componente más importante.
A pesar de la ralentización de la economía, las autoridades chinas se han resistido por ahora a aplicar medidas de estímulo para impulsar la economía, algo que se interpreta como la voluntad de los nuevos líderes de sacrificar décimas de PIB a corto plazo para asegurar un crecimiento sostenido a largo plazo.
En este sentido, el profesor de Finanzas de la Escuela de Negocios China-Europa (CEIBS), Oliver Rui, dijo que el nuevo liderazgo chino "no está tan centrado en la tasa de crecimiento sino en la calidad del crecimiento de la economía china".
Rui, que también coincide en pronosticar un menor crecimiento económico para la segunda mitad del año, no prevé "un cambio radical" en las políticas económicas de Pekín "a menos que se produzca un gran impacto externo".
"La situación se mantendrá estable. El Gobierno no quiere depender más en los golpes basados en grandes cantidades de inversión ni en el sector inmobiliario, cuya burbuja es una de las mayores preocupaciones a las que nos enfrentamos", precisó Rui.
Preguntado por el estado general de la economía, la semana pasada el primer ministro chino, Li Keqiang, se mostró "satisfecho" y dijo que el Ejecutivo "tiene en cuenta los factores al alza y a la baja", dejando entrever que Pekín seguirá la política de "no intervención". Sin embargo, varios centros de estudio del Gobierno chino aseguran que el Ejecutivo estaría dispuesto a aplicar medidas de estímulo en caso de que se registrara un crecimiento menor al siete por ciento por el temor de que la desaceleración económica afectara los niveles de empleo del país.
"Por el momento la tasa es suficiente para asegurar la creación de empleo. China ya ha pasado la época del crecimiento a dos dígitos y se está estabilizando alrededor del 7,5%, que es muy alta por ser la segunda economía mundial y más si se compara con lo que están creciendo EEUU o la Unión Europea", defendió Rui.http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/15/economia/1373877775.html