Amigo Jaumes, la carta de este actor y su opinión, me merecen un gran respeto; el mismo respeto de cualquier otro español que de verdad sienta el independentismo. Pero reconocerás conmigo que se trata tan solo de una opinión como la de cualquier otro. Un actor que pasa de falangista a comunista no me huele excesivamente bien; no me hacen gracia las personas que se cambian de chaqueta y menos aún cuando de una camisteta de mangas a la sisa se cambian a un abrigo de piel de oso polar.
Aún así, más razón todavia para los españoles que nos oponemos a la independencia de Cataluña, pues bajo ningún concepto estamos dispuestos a perder ni ese motor de España con sus inversiones y mucho menos a esos siete millones y medio de personas con las que siempre nos han unido lazos de hermandad, de cultura e incluso, en muchisimos casos, de sangre. Saludos cordiales