El problema del votante que se encuentra ante el dilema de elegir la perpetuidad de su problema
A uno porque no le quiero votar y al otro porque le quiero echar.
Tanto monta, monta tanto, no quiero votar pero parece no quedar otro remedio.
Pero total para que, para saber que acabaré arrepintiéndome tanto de votar, como de no.
En resumen, se trata de elegir a quien quieres arrepentirte de haber votado para al menos decidir de quien no quieres nuevas decepciones.