La privatización de las Cajas de Ahorro
CAJAS DE AHORRO LA REFUNDACION PENDIENTE .
CRISTOBAL MARMOLEJO OÑA
LAS noticias sobre los problemas de la Caja de Ahorros de Castilla la Mancha ( CCM ) y la operación de fusión con Unicaja, que se está diseñando entre la Junta de Andalucía, la Junta de Castilla la Mancha y el Banco de España, ponen de manifiesto la necesidad de plantearse la siempre aplazada cuestión de la reforma de las cajas de ahorros . Pero la CCM no es la única caja con problemas de solvencia. Puede haber media docena de entidades medianas con esos mismos problemas, y con ratios de morosidad disparados, de modo que, lo que se haga con la CCM, se tendrá que hacer con las demás. De ahí la importancia que tiene la decisión para el sistema financiero español en su conjunto. El importe exacto de los activos tóxicos de la CACM (Spanish sub-prime o Ninja-promotor) se está cuantificando por la auditoria encargada por Unicaja de la caja manchega. Tapar este agujero le supondrá al Fondo de Garantía de Depósitos de las Cajas de Ahorro (FGDCA), dotado con 3.600 millones de euros, consumir o mermar considerablemente sus recursos, impidiendo cualquier margen de maniobra en las operaciones de rescate de esas otras cajas con los mismos problemas de solvencia.
El objetivo de estas líneas es abrir una reflexión sobre otra posible alternativa a esa operación de fusión, como puede ser la emisión de cuotas participativas por la CCM y su suscripción por el FGDCA.Las cuotas participativas son como acciones de las cajas de ahorro sin derecho al voto. Algunos las ven como una vía para lograr su privatización y es otra solución que ofrece la ventaja de evitar que Unicaja sea el novio a la fuerza de la manchega, y que todas las cajas, utilizando su fondo especifico de solidaridad mutua, soporten la nefasta gestión del Sr. Hernández Moltó, que en aquel famoso auto de fe televisado terminó humillando al Gobernador del Banco de España con la frase: «Míreme a los ojos, señor Rubio...»
Creo que es significativo que en el comunicado conjunto CCM-Unicaja de la pasada semana se evitara la palabra fusión, y sin embargo, se usaran otros términos como unión, integración y combinación.
Y es que lo de la fusión no lo ve casi nadie salvo la clase política. Una fusión es un pacto entre empresas por el que se integran para conseguir una mejora de sus estructuras productivas y organizativas. Pero esta mejora no se aprecia por nadie en el maridaje entre Unicaja y la CCM; esto chirría, y va a tener, opinión de los máximos expertos, 'muy mala digestión'. Se trata de utilizar una figura y una institución (la de la fusión de empresas) para conseguir realmente una finalidad distinta, es decir, el rescate financiero de una entidad en quiebra técnica.
Pero es preciso no perder de vista que el origen de todo esto está en una mala gestión de algunas cajas. Esto reaviva la vieja polémica de la eficiencia de las cajas de ahorro españolas con respecto a sus competidores bancarios, el exceso de politización de sus órganos de gobierno y de gestión, su exención fiscal y el sentido y la falta de control de su decimonónica Obra Social, que es la contrapartida de esa exención fiscal.
Con respecto a todas estas cuestiones existe una posición en la que , casualmente, coinciden todos los partidos políticos , todos los sindicatos, todos los ayuntamientos y comunidades autónomas y el propio Banco de España: lo políticamente corrector es mantener el 'status quo' político de las cajas.
Pero habría que preguntarse por las razones de tanta coincidencia en este asunto de una clase política encanallada y sin apenas otros puntos de consenso. Hay que aclarar las razones por las que no se abre el debate del cambio de modelo siguiendo las reformas que ya están culminando con éxito en EE UU y en casi todos los países europeos, y por las razones por las que no se atienden las recomendaciones del FMI, alarmado ante las bajadas de los ratings de solvencia de las cajas de Ahorro españolas que hacen las agencias de calificación .
La respuesta es clara: a todos los partidos de todo el arco parlamentario, a todos los sindicatos a todas autonomías, a todos los ayuntamientos, les interesa controlar directamente a 'su' caja sin una Junta general de Accionistas soberana. Un control que se realiza como un instrumento de consolidación de sus modernas técnicas de caciquismo clientelar, colocación de sus redes partidista y marañas familiares, y el control de los medios de comunicación locales, generalmente, vía ingresos publicitarios y patrocinios de muy distinto signo. Como muestra tenemos las rocambolescas historias de espias tipo Mortadelo y Filemón de Esperanza Aguirre , con Caja Madrid como telón de fondo.
Ante esta incapacidad de la clase política, existe ya una respuesta de la sociedad civil que defiende estas necesarias reformas, llegando, si es preciso, hasta la iniciativa legislativa popular. Entre otros movimientos ciudadanos, se puede citar el promovido por el autor de estos comentarios en el blog http://cajasdeahorro.blogspot.es
Centrándonos de nuevo en la posible alternativa legal parar abordar problemas como el de la caja manchega, tenemos un precedente -de escaso éxito, por cierto- en la Caja de Ahorro del Mediterráneo. El régimen jurídico-financiero actual permite que el Fondo de Garantías de Depósitos de las cajas suscriba las cuotas participativas que no suscriba el mercado. En un momento posterior y con una situación económica y bursátil mas favorable el FGDCA podría ofrecer, de nuevo, al publico estas cuotas con unos contenidos y derechos económicos más perfilados como consecuencia de las necesarias reformas legales que es preciso afrontar en los próximos años .
Esto permitirá, con cierto sosiego, llegar a una segunda fase en el medio o largo plazo, una vez superada la crisis económica actual , en la que se aborde la problemática de esta necesaria refundación de las cajas de Ahorro , resolviendo el asunto del derecho al voto de los cuentaparticipes y la devolución de las cajas de Ahorro a la sociedad civil mediante un proceso de capitalismo popular similar al proceso de privatización de las empresas publicas españolas realizado en los años noventa
Pero , para terminar, y a la vista del inevitable coste para el contribuyente del agujero de la CCM, se tendrá que plantear la investigación del paradero de esos cientos o miles de millones que se han perdido: dígamelo usted, mirándome a los ojos , señor Hernández Moltó.
Nota : publicado en el diario malagueño SUR EL 10-03-09