Re: el "cagadon" de la sanidad publica en madrid
ENTREVISTA: JUAN JOSÉ GÜEMES Consejero de Sanidad
"La muerte de Ryan no sucedió por falta de personal"
ANA ALFAGEME / ELENA G. SEVILLANO - Madrid - 27/07/2009
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Fue una tarde muy atareada la del pasado miércoles para el consejero de Sanidad, Juan José Güemes. Bronco debate, primero, en la Asamblea de Madrid, acerca del proyecto de ley para la libre elección de médico en la sanidad púbica. Después, el análisis del desafío sanitario de los próximos meses: el futuro de la gripe A, en la reunión del Consejo Interterritorial de Salud. Cuando comienza la entrevista es casi de noche, pero el consejero, de 40 años, no parece acusar el cansancio.
* URGENCIAS Y LISTAS DE ESPERA DIAGNÓSTICA
Juan José Güemes Barrios
Juan José Güemes
A FONDO
Nacimiento:
30-06-1969
Lugar:
Madrid
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"Ya se estudiaba mejorar la administración de los fármacos"
"Confío en que los 55 centros de salud se puedan licitar este trimestre"
El responsable del departamento más polémico del Gobierno de Esperanza Aguirre, y también, por razones obvias, el más sensible para los ciudadanos, se enfrenta estos días a la muerte de Dalila, la primera víctima en España de la gripe A, tras visitar cuatro veces las urgencias de dos hospitales madrileños, y la de su hijo Ryan, a consecuencia del error de una enfermera. Güemes reconoce que hay que poner los medios para aprender de errores como el del pequeño, pero niega fallos de organización. "La muerte de Ryan no sucedió por falta de personal", subraya. Pero elude responder sobre la cadena de acontecimientos que llevó a la muerte de la madre.
La cuestión es que la sanidad es la segunda preocupación para los madrileños, después del desempleo, según una encuesta de Metroscopia para EL PAÍS de mayo de este año. Más de la mitad de los consultados (53%) desaprobaban la gestión sanitaria. Güemes se enfrenta en esta entrevista a los grandes retos de la sanidad. No siempre responde.
Pregunta. Más de mil trabajadores del Gregorio Marañón, que no los sindicatos, hablan de "errores terroríficos de organización" tras la muerte de Dalila y Ryan. ¿Qué responsabilidad tiene el hospital o la consejería?
Respuesta. El gerente asumió la responsabilidad y, desde luego, la administración. Estamos ante un accidente que ha conmovido a España. Hay que respetar el duelo de la familia. Y la preocupación de los profesionales al sentirse juzgados con dureza por algo que cualquiera que esté en el mundo sanitario sabe que puede ocurrir. Hay acontecimientos adversos. Son un pequeñísimo porcentaje de los millones, decenas de millones de actos médicos sanitarios. Que no todos, ni siquiera diría que una mayoría, son consecuencia de errores. Y no todos los errores, ni siquiera la mayoría, son fruto de una negligencia. Yo creo que hay que mirar hacia el futuro, como se ha hecho. Poner los medios para aprender de los errores. Merece la pena una reflexión más profunda, quizá no en este momento, pero no puede esperar mucho. En el sentido de crear una cultura de reconocimiento, comunicación y autoevaluación de errores.
P. Parecía un error anunciado. Los profesionales habían alertado cuatro veces.
R. La UCI de neonatología tiene una buena dotación, eso lo revela el informe de la inspección. Hay unas recomendaciones internacionales, y el hospital cumple holgadamente con ellas. Yo creo sinceramente que no estamos ante un fallo sistémico. Lo que toca es aprender de este error. Se están adoptando medidas en las UCI de la Comunidad. En la sanidad, la inmensa mayoría de las cosas no es que salgan bien, es que salen muy bien. Pero se hace por personas, y las personas pueden equivocarse.
P. Quiero recordarle una frase: "No nos hacemos responsables de la calidad asistencial".
R. Si la pregunta es si la causa del fallecimiento de Ryan es que no había suficiente personal, la respuesta es que no. Invocar cartas enviadas meses atrás ignorando el contexto no tiene sentido. No cuesta encontrar información sobre errores similares en otros lugares de España. En los días en que se produjo el accidente se estaban tomando medidas para mejorar la seguridad en la administración de los fármacos.
P. ¿Por qué los hospitales madrileños, tan punteros, tan modernos, no han incorporado antes esos sistemas?
R. Todos los días, los hospitales hacen autoevaluación de los errores y ponen medidas. El que incorporemos una nueva medida de seguridad no necesariamente revela que fuera inseguro, sino que revela la necesidad de incorporar con bases permanentes esas medidas.
P. ¿Se diagnosticó tarde la neumonía de Dalila?
R. Lo que revela el análisis de la inspección...
P. Que no se ha difundido...
R. Es un informe de difícil difusión, porque prácticamente todo son datos clínicos, que no podemos revelar. Ni el informe de la inspección de Ryan ni el otro son una calificación jurídica de lo acontecido, que es algo reservado a los tribunales.
P. La Inspección de Trabajo detectaba centenares de deficiencias en los nuevos hospitales.
R. Tenemos la mejor disposición para revisar los riesgos laborales. Pero este informe es muy deficiente.
P. ¿Había falsedades?
R. Contenía cosas que ni siquiera se habían contrastado. Eso no lo puede hacer un inspector. Había cosas falsas y cosas ni siquiera contrastadas. Y entraba a valorar sin tener competencias ni cualificación.
P. En el nuevo hospital de Arganda se fueron los ginecólogos [tenían que hacer guardias solos, en contra de los estándares de la Sociedad Española de Ginecología]. Hasta el jefe.
R. El servicio funciona bien y tiene una dotación adecuada.
P. ¿Han cambiado sus condiciones de trabajo?
R. Vamos a ver. La puesta en marcha de los nuevos hospitales ha supuesto cientos de servicios atendidos por más de 5.000 profesionales sanitarios. Ésa es la valoración que hay que hacer con un poco de perspectiva. Lo que ocurrió en ese servicio, siendo importante y relevante, creo que sinceramente no debe servir para hacer una interpretación del proceso de puesta en marcha de los hospitales. Al cabo de poco más de un año, el funcionamiento es extraordinario. Son hospitales a pleno rendimiento, apreciados y valorados por los usuarios.
P. Según una encuesta para este periódico, los ciudadanos desaprueban el funcionamiento de los nuevos hospitales.
R. Nosotros tenemos encuestas en que se evalúa servicio por servicio. Con la sanidad, no se puede engañar a nadie. Tarde o temprano pasa todo el mundo o tiene el testimonio de una persona cercana. Casi dos millones de consultas, 850.000 urgencias, 111.500 ingresos, 70.000 operaciones, 15.000 partos. Lo que revelan estas cifras es que la mayor parte de la población ha pasado por allí y su valoración es de notable alto, incluso de sobresaliente.
P. En la consulta de EL PAÍS, la percepción de la sanidad como servicio público ha empeorado. [El 38% de los madrileños cree que la sanidad es el servicio público que peor funciona, según la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS de mayo. Hace tres años, lo señalaba un 19,2% de los consultados].
R. Es la única encuesta que revela eso. Todas las demás dicen más bien lo contrario.
P. Hablemos de promesas electorales.
R. El PP no hace promesas, sino compromisos. Las promesas son para otros.
P. Cincuenta y cinco centros de salud en esta legislatura. Reconocieron que no se había licitado ninguno.
R. Confío en que los tengamos la mayor parte terminados y revisados a lo largo de las próximas semanas, y confío en que se puedan licitar a finales de este trimestre.
P. ¿Por qué se resisten a hablar de privatización con los nuevos hospitales? ¿Por qué resulta más sostenible ese modelo y no el público?
R. En España sólo hay un modelo sanitario, que es la sanidad pública, universal y gratuita. Y existe desde siempre una amplia experiencia de colaboración. Por ejemplo, el hospital General de Cataluña está gestionado por Capio. La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha dado a luz en uno público gestionado por la orden de San Juan de Dios. Imagínate qué diría aquí la izquierda si el Gobierno de Aguirre encomendara la gestión a una orden religiosa católica. El hospital de Aljarafe, en Castilla- La Mancha, es de esa orden. ¿Cuál es la diferencia entre Aljarafe y Valdemoro? Que en los de Castilla-La Mancha se puede entrar con tarjeta de crédito. Éste es un debate que se ha planteado aquí y no en el resto de España. Cuando se inauguró el hospital de Alcorcón, en 1998, ya se decía que era privado y que la gente tendría que pagar. Estoy esperando a que me presenten a alguien que tenga que enseñar su tarjeta para acreditar su derecho a la sanidad. Cuando Pedro Castro convocó una manifestación frente al hospital de Getafe, lo que decía es que la gente tendría que pagar por entrar. A mí me parece un discurso miserable e irresponsable. Porque se dirige a la parte de la sociedad más vulnerable; entre los más vulnerables están los que padecen una enfermedad o sus familiares. Yo no conozco a ningún partido en España con representación parlamentaria que cuestione los rasgos del modelo que he descrito antes.
P. La pregunta se refería al modelo Valdemoro, en que también la parte médica depende de una empresa privada.
R. Es el mismo caso que el de Aljarafe o el de Hospital General de Cataluña. Lo que niego es la premisa sobre la cual se construye el discurso de la izquierda. Cuando abrieron los nuevos hospitales, hubo gente que se acercó a la ventanilla de admisión a preguntar cuánto había que pagar. No me cansé de denunciar toda esa retórica falsa que han seguido.
P. La presidenta prometió dimitir si alguien esperaba más de 30 días para ser operado. Y hay madrileños que esperan más.
R. Ningún madrileño tiene (lo subraya) que esperar más de 30 días para ser operado.
P. Pero, ¿no es libertad de elección también que una persona pueda no querer operarse en la privada?
R. Se les deriva primero a hospitales de la red pública, de la máxima categoría, como Cruz Roja, Santa Cristina, Carlos III, y sólo un pequeño porcentaje se deriva a la privada.
P. El Ministerio de Sanidad les ha echado del cómputo de lista de espera por empezar a contar tras la visita del especialista.
R. La Comunidad aprobó su norma y el ministerio no la recurrió y decidió que no valía.
P. Pero eso es hacer trampa.
R. ¿Quién, el Ministerio de Sanidad? Totalmente de acuerdo.
P. No, empezar a contar el tiempo desde que se visita al anestesista
[con lo que la espera se puede doblar].
R. Eso no es verdad. Hasta la izquierda ha dejado de hablar de eso. Todo el mundo, desde que tiene una indicación quirúrgica, no espera más de 30 días para operarse. Ya hay un millón y medio de madrileños que han sido operados en esos plazos desde 2005. Es decir, que uno de cada cuatro ya sabe que no ha tenido que esperar más de 30 días y tiene familiares, amigos y compañeros de trabajo que lo saben.
P. ¿Van a jibarizar los grandes hospitales?
R. Con la apertura de los nuevos pierden población. Les ha permitido recuperar su espíritu original, que es ser hospitales de referencia. Fueron concebidos para la medicina que se hacía hace años. Tenemos que abordar su reforma para hacer la medicina de dentro de 50 años. El Clínico, por ejemplo, que está en reforma, es uno de los pocos en los que quedan habitaciones con cinco y seis camas. Eso no es aceptable. El plan contempla que se conviertan en habitaciones de una o de dos, que el 40% tenga una cama. Por otra parte, ahora no se requieren tantos días de hospitalización. Operaciones que requerían una semana, ahora sólo necesitan uno o dos días. Las habitaciones individuales son más fáciles de gestionar, puedes ocuparlas al cien por cien. Las otras, no, porque no puedes mezclar hombres con mujeres o con niños.
P. Libre elección de médico. ¿Cómo va a elegir el paciente?
R. En función de sus preferencias. La Administración tiene que facilitarlo no poniendo trabas, que el proceso no sea burocrático. Les daremos a los pacientes y a los médicos de atención primaria información sobre los diferentes servicios. Tendremos que construir un sistema de indicadores de consenso.
P. Pero a lo mejor los médicos no van a querer correr riesgos si se da esa información.
R. Habrá que explicar que el servicio de cirugía del 12 de Octubre, que hace trasplantes, no es lo mismo que otro. La gente es muy lista; que un hospital es complejo, lo pueden entender. Si algo he aprendido en política, es que la gente no es tonta, es cuestión de dar la información con transparencia.