Así afectaría un gobierno de Podemos a la vivienda
Unidos Podemos "empobrecerá hasta lo inimaginable nuestras casas y todas nuestras propiedades inmobiliarias".
La economía del ladrillo entró en una fase expansiva hace ahora un par de años y, aún lejos de la consolidación del nuevo ciclo, se está resintiendo en los últimos meses por la arbitrariedad y la inquina de las "ciudades del cambio" hacia este sector, a lo que ha contribuido la incertidumbre política. Basta echar un vistazo a la evolución más reciente del índice de confianza del consumidor para darse cuenta de lo que está pasando. Pues bien, esto es sólo un aperitivo comparado con el escenario al que nos enfrentaremos si la incertidumbre se termina despejando hacia los dominios de la izquierda radical.
Y no responde a un miedo atávico o a un pánico irracional, puesto que el programa electoral de la coalición de los comunistas con Podemos, inserto en ese catálogo fake de Ikea, contiene innumerables medidas de corte populista que, de aplicarse, empobrecerán hasta lo inimaginable las repúblicas independientes de nuestras casas y de todas nuestras propiedades inmobiliarias.
De entrada, ser propietario sería mucho más caro que hasta ahora, puesto que apuestan por recuperar y potenciar el Impuesto sobre el Patrimonio y el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Ambos impuestos, como sabemos, castigan el ahorro en ladrillo de manera redundante y, sobre todo, reducen la rentabilidad potencial de los inmuebles que, consiguientemente, perderían valor.
Además, proponen reformar de nuevo la legislación de arrendamientos urbanos para desequilibrar la relación contractual a favor del inquilino, al limitar la cuantía de la renta y alargar el plazo de duración del contrato a discreción del arrendatario -una vuelta a los tristemente famosos contratos de renta antigua-. Estas medidas, lejos de favorecer el mercado de alquiler, lo harán más estrecho pues lo que incentivan es, por un lado, que menos propietarios se interesen por poner sus pisos en alquiler y, por otro lado, propiciarán un filtro mayor del arrendatario, pues se evitará a toda costa cerrar una relación contractual con aquellos que se puedan acoger a lo que los comunistas-populistas denominan "alquiler social". Como consecuencia, se pueden imaginar que el valor de las propiedades se verá absolutamente resentido dada la dificultad de obtener rendimientos de mercado de las propiedades vía alquiler sin poner en riesgo la plena propiedad.
Seguramente porque son conscientes de que ésta sería la reacción de los españoles, proponen tres medidas coercitivas que constituyen en conjunto la mayor amenaza que ha sufrido la propiedad privada en España hasta la fecha. A saber: 1) impuesto para los tenedores de vivienda vacía; 2) procedimiento sancionador (a definir) para los que incumplan con "la función social de la vivienda"; y 3) despenalización del uso de viviendas vacías, es decir, legalización de la okupación. Una verdadera expropiación encubierta.
Como consecuencia de todo ello, la propiedad inmobiliaria sería una fuente inagotable de problemas cuyo valor se desplomaría. Los redactores del programa electoral son conscientes de que el 90% de los españoles son propietarios, así que, para evitar la pérdida de votos, han circunscrito la mayoría de estas medidas -ojo, pero no todas- para los que denominan "grandes tenedores de vivienda", que son los que tengan más de diez. Pero, una vez en el poder, ¿quién garantiza que no se ampliara a los que tienen más de ocho, de cinco o de una? Aparte de que la caída de valor de las propiedades afectará a todos por igual.
http://www.expansion.com/economia/2016/06/21/57698a5f46163f65308b459a.html