Para mi, las prohibiciones que se están imponiendo son mediadas dirigidas a proteger a los no fumadores y a los trabajadores en general. (No entiendo porque los camareros no tienen derecho a respirar un ambiente sin humo). No son medidas que estén especialmente pensadas a reducir el consumo ya que el tabaco es una adicción, y por lo tanto, la dosis de nicotina que necesita el organismo es independiente de si en un bar se puede o no fumar.
La solución al tabaco, respetando la "voluntad" de los fumadores es muy sencilla gracias a la propia naturaleza de los cigarrillos:
1. Es un tipo de adicción que no reporta ningún beneficio al adicto: No sirve para aguantar de marcha, no ayuda a desinhibirte...
2. Por lo que su éxito, se basa exclusivamente en la adicción rápida que provoca gracias a las modificaciones químicas-físicas que lleva, a las campañas de marketing de toda la vida (incluido el cine) y la facilidad histórica para poder comprar cigarrillos: Hasta hace poco era más fácil comprar un paquete de tabaco que un botellín de agua. Incluso el hecho de que se venda en los quioscos no es casualidad, (eso de asociar las chucherías con los cigarrillos es muy buena idea... de las tabaqueras claro) a nadie se le ocurriría permitir la venta de tranquilizantes por ejemplo junto con los "gusanitos" y "chupa-chus".
3. Hay que tener en cuenta que para empezar a fumar requiere un esfuerzo ya que tanto el sabor como sus efectos iniciales son muy desagradables.
Por lo tanto, si se retira el tabaco del mercado, nadie que no tenga la adición previa va a tener interés en fumar. Para evitar que esta medida sea traumática para nadie (fumadores, no fumadores, estado y estancos) se podría hacer una transición ordenada (como expuse tiempo atrás):
Por ejemplo
1. Se establece que los nacidos a partir del 1 de enero de 2000 tienen prohibido comprar tabaco. Eso se podría controlar perfectamente a través de los estancos (DNI en la frente) al igual que las farmacias cuando no venden medicamentos sin receta. El fumador podrá seguir comprando el tabaco que necesite y como los cigarrillos no producen ningún placer al consumirlos (salvo el "alivio del mono"), nadie que no es adicto se le ocurriría gastar su tiempo y dinero en acudir al mercado negro a por algo que sabe a zapato-quemado.
2. Cada año, “la naturaleza” se encargaría que el número de consumidores de nicotina fuese descendiendo poco a poco, lo que permitiría hacer la transición de manera ordenada.
3. Los ya fumadores: no se pondrían nerviosos porque podrían seguir con su “vicio”.
4. Los que trabajan en el sector: Se irían jubilando (o se les ayudaría a ello) a medida que los fumadores se fuesen "jubilando".
5. El estado: Se beneficiaría igualmente de esta transición ordenada porque podría reorganizar las fuentes de sus ingresos por impuestos, (que en el fondo es lo que le preocupa) de un a manera poco traumática. Además, hay que considerar que que la gente dejase de gastar en tabaco, se lo gastaría en otras cosas. La renta destinada al consumo se mantendrá por lo que la economía en su conjunto no se vería especialmente afectada.
Saludos
PD: Es de esperar, que a pesar de las evidencias, saldría algún fumador defendiendo el derecho de sus hijos a fumar en el futuro. Es lo que tiene cualquier adicción, altera la percepción de la realidad... en fin, el interés general en este caso estaría evidentemente por encima