Las crisis de Abengoa, OHL e Isolux lastran las ventas internacionales de las constructoras españolas
La asfixia financiera sufrida por algunas de las principales constructoras españolas en el último año ha pasado factura al negocio internacional del sector de la obra pública. Los ingresos fuera de las fronteras del conjunto de las grandes compañías nacionales se redujo en 2016 hasta los 58.988 millones de dólares, con un recorte de 809 millones o del 1,5% con respecto a la registrada un año antes, según el estudio de la consultora especializada ENR. A pesar de la caída las empresas españolas se mantienen en segundo lugar en la clasificación mundial, sólo por detrás de China.
El retroceso está concentrado en tres grandes corporaciones empresariales que atraviesan crisis en sus negocios. La primera de ellas es Abengoa, cuya división de ingeniería y construcción -Abeinsa- sale de la lista tras haber ocupado el año anterior el puesto 38 del ránking mundial.
El grupo sevillano solicitó a finales de 2015 el preconcurso de acreedores, que supuso un vuelco tanto en el accionariado como en la cuenta de resultados del grupo, hoy gestionado por la banca. Su salida de la lista resta a España una facturación que en 2015 ascendía a 3.368 millones de dólares.
Otro gigante del Ibex que tuvo un 2016 complicado fue OHL. La constructora perdió el año pasado un 54% de su valor en Bolsa por las dudas sobre su capacidad para sostener su elevado volumen de deuda y su presunta vinculación con casos de corrupción en sus principales mercados: España y México.
Esta crisis aceleró un cambio en la cúpula del grupo con la salida de Juan Miguel Villar Mir de la presidencia tras 29 años en el cargo y derivó en su expulsión del Ibex. La situación dejó tras de sí una pérdida de 1.038 millones en su facturación internacional, por lo que la constructora cayó del puesto 28 al 37 en la tabla mundial. El grupo está inmerso en un nuevo plan estratégico con el que pretende reducir su pasivo en un 75% y multiplicar por cinco su beneficio bruto antes de 2019.
La tercera gran constructora afectada por tensiones financieras es Isolux, que solicitó el pasado mes de julio su entrada en concurso de acreedores al no respaldar la banca el plan de salvamento diseñado por su directiva. El grupo sufrió en 2016 un retroceso de sus ingresos internacionales próximo a los 1.492 millones de euros, equivalente a un recorte del 72,9% con respecto al año anterior. El grupo sufrió un desplome en el ránking desde la posición 61 a la 122, según ENR. http://www.elmundo.es/economia/2017/08/22/599b2a0d468aeb1b2e8b45af.html