Yo te puedo asegurar que no me iba a mover de casa el domingo, con el calor que sabíamos iba a hacer. Mi voto no va a prolongar el derecho de pernada de los que están o de los que quieren estar y al día siguiente de las elecciones ya están echando cuentas de a cuántos de los suyos van a enchufar. Dimito de ir a votar. Soy pobre pero no imbécil. Nací pobre, soy pobre y me moriré pobre pero que no insulten mi inteligencia. Por cierto, mi querido banco digital, que presume de rapidez y servicios a nosotros, sus clientes hasta el lunes, mínimo no ingresa nada. Venga ánimo.