Básicamente estoy de acuerdo con su planteamiento.
Creo que uno, sea político o no, sólo debe confesarse ante la Agencia Tributaria y nada más. Si fuera político y me viera obligado a publicar mi patrimonio me iría cagando leches. Existe el derecho a la intimidad, el mismo que permite no declarar sobre los granos que se tienen en el culo. Y no soy rico ni lo voy a ser.
Lo de las declaraciones de ingresos de sus señorías es de risa y no sirve para nada. Nada más que para cotillear un poco y ver lo nefastos gestores que son algunos de ellos. Con lo mal que gobiernan lo suyo, se me ponen los pelos de punta verlos como administradores de un presupuesto público. Por eso pasan las cosas que pasan. Pero para ver lo malos que son tampoco hace falta fisgonear en su calcetín.
Pero ya es una cámara muy pobre, paupérrima. Gentes sin pasado que saltan de las juventudes al escaño sin haber vivido en la vida real y sin más objetivo que prostituirse dentro del partido para poder garantizarse el futuro.
A ver donde iban a cobrar lo que cobran ahí fuera con su experiencia vital.