Medidas contra la crisis y posibles reformas

La verdad, no sé a qué espera el Gobierno para echar a la Salgado y colocaros a Abel y a ti a defender los derechos conquistados... [ironic mode off]

En serio, opino que no hay política económica capaz de resolver el problema del desempleo. En todo caso, yo apostaría por apoyar soluciones individuales (autoempleo, iniciativas locales...). Otra cosa es que la economía mejore, entonces sí puede tener sentido tocar costes laborales, indemnizaciones o prestaciones por desempleo:

https://www.rankia.com/blog/macroymicroblog/825589-propuestas-atrevidas-para-programa-electoral-2-mercado-laboral

Lo que no veo es la nueva ocurrencia de ampliar los contratos formativos hasta los 30 años, me pregunto qué cara se les está quedando a los empresarios que hacen los contratos en regla:

http://www.pymesyautonomos.com/actualidad/mas-cambios-en-los-contratos-de-formacion

S2

Tal vez te refieras a ayudas como esta:

La Inspección de Trabajo alerta del repunte de la economia semisumergida

Con una situación económica convertida en la principal preocupación de los españoles, las actividades irregulares se han disparado en el actual contexto de crisis. A la alerta dada recientemente por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) que elevaba la economía «no oficial» en España hasta el 24% del PIB, se une ahora el avance de la llamada economía «semisumergida», sobre la que la Inspección de Trabajo centra ahora gran parte de su actividad. El jefe de la Inspección de Trabajo en Ciudad Real, Ángel Trujillo, habla de un «repunte importante» de este tipo de actividades. «El día a día nos habla de un repunte importante de la economía sumergida o de la semisumergida, que muchas veces hablamos de este tipo de actuaciones, pensando en el ‘chapuzas’ que está fuera de juego, cuando el problema son las empresas que están semisumergidas, donde hay cinco trabajadores que están dados de alta y tres que no. Ahí sí que hay una connivencia social importante por parte del empresario, del trabajador que se pliega a eso, y del resto de compañeros, que saben qué está pasando y no lo denuncian tampoco». Trujillo es tajante al sentenciar que este tipo de economía «es la que más daño nos hace», y que «el problema de este tipo de actividades es que si existe, es porque la gente recurre a ella. Estamos ante un problema social, no solo de control e inspección. Y como no tenemos conciencia de que nos jugamos el futuro, se mantiene el sistema», afirma el jefe de la Inspección de Trabajo en la provincia. Sin embargo, si algo bueno está dejando la crisis es que «son los propios empresarios los que se dan cuenta de que el elemento de rectificación social que tiene la Inspección de Trabajo es muy importante, y se animan cada vez más a denunciar. Nosotros queremos que todos tengan las mismas oportunidades y eso lo están valorando, desde el punto de vista de que colaboran más con nosotros» al facilitar la documentación de sus negocios. Campañas de verano. De hecho, durante estos meses de verano la actividad en la Inspección de Trabajo se multiplica con campañas específicas que controlan desde las bajas injustificadas, las altas de los becarios que acuden a trabajar durante estos meses a las empresas, las contrataciones que realizan los Ayuntamientos con los artistas que actúan en las fiestas patronales o las actividades que desarrollan al aire libre monitores o socorristas, donde Trujillo indica que se ha detectado «importantes problemas» con empresas situadas en zonas turísticas de la provincia donde se producían fraudes en la contratación de estos profesionales «que al final, es dinero que pierde la Seguridad Social». Otra de las actividades en las que la Inspección de Trabajo se fija es en el cumplimiento real de los expedientes de regulación de empresas que han recurrido a esta forma de ‘adelgazar’ su nómina de empleados o los bares nocturnos que se abren en las piscinas, «donde estamos detectando muchos casos que se concede el servicio a una sola persona pero luego nos encontramos con que hay siete personas trabajando». Sin embargo, y más ante las próximas fechas que se avecinan, la principal referencia de la actuación volverá a ser el campo y la ya inminente campaña de la vendimia. Actualmente, la Inspección de Trabajo se encuentra trabajando en la llamada ‘fase 1’ de la vendimia, «en la que se cita a los empresarios del sector para que nos expliquen cómo trabajaron el año pasado». Este vendimia, la actividad de vigilancia va a estar centrada, sobre todo, en el control de las explotaciones de más de 30 hectáreas, «porque si vemos que en una superficie así solo tienen a cuatro trabajadores de alta, seguro que hay entre ocho y 15 trabajadores más que están en fraude». De hecho, el trabajo de la Inspección se concentra no en buscar «uno a uno» las irregularidades, si no que se trata de optimizar los recursos que están a disposición de la Administración y, combinando los datos que se intercambia con organismos como Hacienda, se remite una petición previa a los empresarios para que expliquen su forma de trabajar y, en ese caso, poner la lupa en todos aquellos que levanten la sospecha. Y partiendo de esa base, de que se trabaja sobre los que más se sospecha, las inspecciones están dando «buenos resultados, porque la gente tiene una mayor concienciación ante este problema». Así, por sectores, es el agrícola el que presenta un mayor grado de irregularidades; un 61,3 por ciento en un grupo de actividades en el que Trujillo afirma que todavía existe «un reducto de economía sumergida importante». Otro sector donde las irregularidades son elevadas es el de la hostelería, que presenta un 58,7 por ciento de infracciones en los casos analizados, «uno de los más altos y que en verano crece todavía más», explica. Por el contrario, Trujillo afirma que en uno de los sectores sobre los que siempre pesa la sombra de las dudas, el de la construcción, las irregularidades ascienden al 32,3%, un dato todavía alto pero que se va reduciendo poco a poco « gracias a que hemos hecho presión y estamos obteniendo resultados». De hecho, la Inspección destaca que la mayoría de los ‘problemas’ se tienen con las grandes empresas y ya no con los trabajadores de a pie, que en su mayoría, tienen normalizada su situación como autónomos.

Y es que como les ayudemos mas, la pregunta va a ser quien nos ayuda a nosotros, los contribuyentes de la nomina.

Los derechos que no se defienden, se pierden. Y ya se han perdido muchos, y no parece que la reforma laboral permanente sea la solución. Algunos parece que creen que la solución es la abolición integra del derecho laboral, que es por el camino que vamos. Y esto no es nada ironico, sino la constatación de la evolución de los últimos 20 años.