Esa idea no es muy correcta, he visto en algunas ocasiones que se hace un ERE, todos contentos porque sigue saliendo el trabajo, pero es que hay cosas que se dejan de hacer, y cuando al final hay que hacerlas, hay que contratar urgente a una empresa externa, que cobra mas de los que te costaban antes tus trabajadores o hay que contratar urgente trabajadores que no conocen lo que hay que hacer como lo conocían los anteriores. Al hacer balance final, se comprueba que se ha hecho un pan con unas tortas.
Las cosas hay que pensarlas bien, y esa coincidencia entre los interinos que hay y los que dice la auditora que sobran me dice que la auditora ha recibido el encargo de llegar a esa conclusión.
Ejemplo que me contaba un funcionario viejo: hace años en cierto ministerio decidieron dejar de pagar la productividad de las tardes -les pagan por ir por la tarde- a todos los funcionarios que la tenían, excepto los altos cargos y sus secretarias. Se funde un fusible y el edificio se queda a oscuras, llegan a la conclusión de que debe haber alguien de mantenimiento por las tardes. No llegan las llamadas telefónicas entrantes, llegan a la conclusión de que debe quedar alguien de centralita por las tardes. No encuentran al jefe de servicio X y llegan a la conclusión que debe estar disponible también por las tardes... tras un año con estos cambios, al final se llega a estar igual que se estaba al principio, por una sencilla razón: las cosas eran como eran por una razón que no conocía el ministro, y él era un recién llegado a la administración.
En una empresa privada igual: Echan a una serie de gente que se dedicaban a cosas que eran "prescindibles", como el caso de un engrasador, que total para echar grasa a unas máquinas de uvas a peras, no hacia falta tener un engrasador dedicado a ello en exclusiva. Lo echan y resulta, un año después, que uno de los obreros se está encargando de engrasar las máquinas porque sino se producen muchas averías. Su trabajo había sido suplido por la contratación de otro obrero. Total, que volvían a tener un engrasador.
Sustituyeron a un engrasador experimentado por uno que no lo era, y a un obrero experimentado por otro que no lo era. Esa pérdida nunca fue evaluada.
Lo dicho, un pan con unas tortas.