Por mucho que a la mayoría de depositantes afectados que todavía tenemos algún inter´´es en la crisis de Eurobank nos parezca raro, muy raro, e incomprensible que alguien pueda tener palabras amables para con Ausbanc y compañía, no menos cierto es que debemos respetarlo mientras no utilice los rastreros métodos que han descalificado de tal manera la actuación de aquéllos. Y yo creo que Cabreado ha tenido siempre una actitud correcta y coherente con sus propias opiniones, sin utilizar mentiras en sus reflexiones.
No me he puesto a rebuscar, pero creo que Cabreado nunca nos ha llamado adláteres de Eurobank, farsantes, delincuentes y aprovechados; no creo que ni lo piense. Me da la impresión de que es capaz de aislar las sandeces de las argumentaciones objetivas y que, más o menos, le convencen; valora la participación de alguna de las empresas que venden servicios de defensa de consumidores desde el principio como un elemento positivo. Y eso hay que respetarlo.
En realidad, toda esta pandilla de sinverguenzas hubiera podido seguir trabajando a su aire sin ninguna de nuestras profundas críticas si no hubiera sido por su falta de respeto para con quien les han confrontado opiniones y pareceres diferentes a los suyos; la utilización de la mentira como la base de razonamientos ("como opino que quien no piensa como sólo puede hacerlo porque es amigo de Pascual, entonces está probado que es amigo de Pascual y, por tanto, lo que hacen es defender los intereses de aquél...").
En todo caso, no veo en Cabreado una profunda devoción por los Tele...; más bien utiliza, incluso, algún término exculpatorio benevolente para correr un tupido velo en lo que, entiendo, él mismo ve como aberrante.
Esta es mi opinión, Cabreado. Me gustaría que reflexionásemos todos al respecto.