Llegan a España los primeros fondos de reparto
La clásica estrategia de cobrar una renta periódica no pasa de moda. Más bien al contrario. Los gestores de patrimonios están en búsqueda continua para localizar nuevos activos que permitan al inversor lograr un pequeño ingreso cada poco tiempo. Los bonos, los seguros y los depósitos han sido, hasta ahora, los principales instrumentos que encajaban con esta filosofía de inversión. Pero a través de fondos también se puede optar a ella.
Las estadísticas no engañan: a los inversores españoles les gusta tener su dinero a buen recaudo y disfrutar de ingresos periódicos, aunque pequeños, con los que afrontar cualquier imprevisto. No en vano, más del 50 por ciento del patrimonio financiero está invertido en depósitos, vehículos que suelen pagar cupones de rentabilidad a corto plazo, de forma trimestral, semestral o anualmente. Junto con las imposiciones a plazo, los bonos o las Letras del Tesoro, los seguros de rentas vitalicias, los inmuebles (vía alquiler) o las acciones con alta rentabilidad por dividendo, completan el grupo de productos clásicos que ilustran a la perfección lo que se denomina en el mundo de la gestión de patrimonios una “inversión en rentas”. Pero el abanico de opciones acaba de ampliarse: en España están aterrizando los primeros fondos de inversión “de reparto”, que distribuyen una renta periódica mensual al inversor. Antonio Salido, director de marketing y comunicación de la gestora de fondos de inversión Fidelity, opina que esta nueva fórmula de inversión puede tener una importante demanda en España, no sólo a nivel particular, sino también institucional.
¿Cómo funcionan?
Los fondos de inversión que reparten rentas periódicas funcionan de forma similar al resto de productos clásicos de la industria de la inversión colectiva. Su diferencia radica en que los gestores seleccionan una cartera de activos que destacará por su capacidad para recoger dividendos (en el caso de la renta variable) o cupones periódicos (en los fondos de renta fija). De este modo, por tanto, el inversor puede optar tanto a fondos de bolsa como de renta fija que repartan una renta periódica.
De momento, la oferta es minoritaria. Salido estima que en el ámbito de la renta fija puede haber en circulación unos 40 ó 50 fondos que permiten contratarse bajo la modalidad de “distribución mensual”, que es la fórmula que indica que el inversor optará a la recogida de un pequeño capital cada mes. En opinión de Salido, en España hay unas cinco o seis gestoras que ofrecen esta tipología de fondos de inversión. “Pero estamos seguros de que crecerá de forma importante, en España y en otros países. En Japón, está siendo un verdadero éxito”, comenta.
En Europa, por su parte, los fondos de renta variable de reparto representan el 6,3 por ciento del toal. Su patrimonio bajo gestión se ha incrementado más del 64 por ciento en los últimos tres años.
¿Cuáles son sus ventajas? Para Salido, en la coyuntura actual de bajos rendimientos, los inversores, incluidos los de altos patrimonios, buscan flujos de renta periódicos. “Han desplazado su interés desde los mercados volátiles a los flujos de renta más constantes. Además, son conscientes de que las inversiones en activos monetarios pueden dar rentabilidades nulas o negativas”, apunta.
Por ello, desde Fidelity estiman que puede ser una solución adecuada invertir en un fondo que aporte una renta periódica. “Este tipo de productos puede complementar los ingresos personales del particular, estabilizar las carteras mediante flujos constantes de liquidez y ofrecer rentas programadas que se pueden canalizar hacia otro tipo de inversiones”, añade Salido.
En ningún caso estos fondos garantizan un nivel de renta periódica. No obstante, su estrategia estará plenamente enfocada a conseguirla. Como ejemplo, desde Fidelity comentan que el fondo de reparto European High Yield ha dado un rendimiento anual medio del 6,22 por ciento en el periodo 2004-2011. Es decir, por la inversión de 10.000 euros, el inversor habrá recogido 622 euros anuales, es decir, 4.976 euros en ocho años.
En cualquier caso, estos fondos también pueden suscribirse bajo la modalidad de acumulación, que permite reinvertir los dividendos, sin materializarlos realmente y sin tener que pasar, por tanto, por Hacienda.
¿Qué proponen?
Desde Fidelity opinan que la renta variable de altos dividendos es interesante en estos momentos y que puede permitir alcanzar retornos anuales interesantes. Ignacio Rambaud, ejecutivo senior de marketing y comunicación de Fidelity, destaca, por ejemplo, que en largos periodos de tiempo, la rentabilidad de las empresas que reparten dividendos supera con creces a las que no lo hacen. “Entre 1972 y 2011, las compañías que dan dividendos del S&P 500 han ganado un 8,8 por ciento anual. Las que no lo hacen, un 1,7 por ciento anual”, relata. Para cubrir esta estrategia, en la actualidad en Fidelity apuestan por compañías del sector salud y consumo básico. Se inclinan por incluir en sus carteras a Danone, Unilever, Procter & Gamble, Astrazeneca... sin olvidar a una “promesa” reconocida mundialmente: Apple.
En el ámbito de la renta fija, la gestora se inclina por los bonos ligados a la inflación, los higy yield y la renta fija pública y privada emergente.
Algunos de los fondos de Fidelity que permiten elegir la opción de cobrar una renta mensual son el Fidelity Euro Bond, Fidelity Asian High Yield, Fidelity European High Yield, Fidelity US Dollar Bond, Fidelity Euro Corporate Bond, Fidelity Emerging Market Debt y Fidelity Global Grade Income, entre otros.
Fiscalidad
Una de las mayores pegas a la inversión en fondos de rentas periódicas es que el inversor deberá tributar anualmente por los beneficios que haya materializado, es decir, por esas pequeñas rentas que vaya capturando cada mes. La tributación de estos ingresos será, por tanto, igual a la de los rendimientos de los depósitos: la retención aplicable a los primeros 6.000 euros de beneficios será del 21 por ciento. Pero se elevará hasta el 25% cuando las ganancias oscilen entre los 6.000 y los 24.000 euros y alcanzará el 27% cuando superen los 24.000 euros anuales.
¿Quiere una renta periódica?: los fondos de inversión también pueden dársela