¿Debemos diversificar o no nuestra cartera de inversión?
A veces los inversores creen que diversifican sus carteras adecuadamente cuando en realidad no es así. La diversificación se utiliza para capear los vaivenes en el mercado, invirtiendo en diferentes sectores, países, clases de activos, etc. En bastantes ocasiones, hay sectores que se ven afectados por las mismas variables o que tienden a moverse juntos dentro del ciclo de capital. Actualmente, estamos viendo un rendimiento superior en los sectores cíclicos tales como los bienes de consumo y la industria manufacturera, así como también en el sector financiero. Por lo tanto, si un inversor decidiese invertir en estos tres sectores, igualmente se vería afectado por los fuertes vaivenes cíclicos del mercado. En la actualidad esto no es algo demasiado negativo, ya que los vaivenes cíclicos tienden a ser positivos.
Dado que la diversificación cumple con el propósito de suavizar los giros del mercado, una cartera de cíclicos diversificada, por ejemplo, no solucionaría el asunto. Por lo tanto, es importante diversificar en varias industrias que no tengan un vínculo estrecho entre sí. Un ejemplo claro sería la combinación de compañías de ciclo temprano, tales como financieras y bienes de consumo con empresas de servicios públicos y metales preciosos. Sin duda, esto aliviaría algunos de los efectos de los movimientos esporádicos del mercado. La manera menos costosa de lograrlo es diversificar nuestra cartera adquiriendo fondos cotizados; de esta forma es posible ahorrarse el enorme esfuerzo que implica salir a invertir en compañías específicas. También se puede invertir mediante clases de activos como bonos, por ejemplo. De nuevo, la forma más sencilla de hacerlo es mediante un bono o fondo cotizado de ingreso fijo.
El propósito de la diversificación es simplemente reducir la variabilidad de una cartera. Pero, ¿qué sucede cuando no nos preocupamos por una cartera variada, o cuando creemos que un sector o una clase de activos son caros? Esto me lleva al siguiente punto acerca de que la diversificación no siempre resulta beneficiosa.
Si somos buenos, la diversificación no lo es:
Al diversificar en diferentes compañías, sectores y clases de activos, en realidad estamos eliminado la opción de poder elegir a los que tienen mejor rendimiento. Para aquellos inversores que eligen bien sus acciones (o eligen bien las clases de activos o los sectores), la diversificación muchas veces les lleva a hacer inversiones en el momento equivocado, al precio equivocado. Esto significa que al diversificar estamos haciendo malas inversiones.
¿Debemos diversificar o no nuestra cartera de inversión?
Por ejemplo, si tenemos cinco acciones que consideramos que son las únicas cinco seguras y subvaloradas. Si queremos diversificar, tal vez queramos comprar otras 10 ó 15 acciones simplemente para esparcir el riesgo de la cartera. Por lo tanto, esto significa básicamente que esas 5 acciones sobre las cuales estábamos relativamente seguros, se han convertido en el 25% de su cartera, mientras que el restante 75% de su cartera está invertido en "inseguridades" o en inversiones sobrevaluadas. Una situación que no parece ser situación demasiado inteligente...
Warren Buffett dijo: “La diversificación es la protección contra la ignorancia. Tiene muy poco sentido para aquellos que saben lo que hacen”, lo que reafirma mi punto. Si sabemos lo que hacemos y conocemos las compañías en las cuales invertimos, entonces la diversificación solo disminuirá nuestras ganancias.
Al diversificar, estamos está asumiendo de forma implícita que no somos capaces de escoger a los mejores; ésta es una reacción inteligente si no es un buen inversor, pero es una tontería si lo es. Si queremos seguridad, hay que diversificar, ya que la mayoría de las personas creen ser mejores inversores que la media, lo que resulta matemáticamente imposible.
Pero si somos inversores “contra corriente”, tal vez también nos guste: “Por qué es inútil el CAPM” y “ Por qué la desviación estándar no es una medida del riesgo y los bonos son ariesgados".