Voy a contestarte con el permiso de OCU EDICIONES:
El dinero aportado a los planes de pensiones se invierte en una cartera de obligaciones, acciones o ambas, según la categoría del plan. Los planes de pensiones pueden resultar atractivos porque desgravan en el IRPF, y porque el dinero que no se pague en impuestos se puede reinvertir en el plan, con lo que se rentabiliza hasta el momento de recuperarlo, cuando se jubile.
Pero los planes de pensiones tienen muchas desventajas:
Problemas de liquidez: el inversor no puede recuperar su dinero hasta el momento de jubilarse.
En comparación con otros productos bancarios gestionados de forma similar, como depósitos o fondos de inversión, tienen elevadas comisiones.
Su rendimiento es inferior al de otros productos que también sirven para ahorrar.
Primero desgravan, pero se paga al recuperarlos
Las aportaciones se deducen de la base imponible fiscal del IRPF del año de la aportación. Esto significa que el contribuyente deja de pagar impuestos por unos ingresos equivalentes a la cuantía aportada a todos los planes (de pensiones, mutualidades de previsión social, planes de previsión de asegurados, planes de previsión social empresarial y seguros de dependencia), dentro de un límite máximo. Como el IRPF grava en una escala creciente por tramos, el ahorro es mayor según se elevan los ingresos del contribuyente. Es decir, que el límite puede ser superior en función de los ingresos por rendimientos del trabajo y actividades económicas.
Pero cuando se recupera el dinero invertido en el plan de pensiones más las ganancias obtenidas, hay que pagar muchos impuestos, por lo que en muchos casos deja de ser interesante. Al menos de momento se puede elegir cómo recuperar el dinero, de una vez en forma de capital, o de manera sucesiva como renta. En ambos casos se tiene que declarar como rendimiento del trabajo, por lo que tendrá que tributar lo que en su día se ahorró. Frente al 18% que tributan los rendimientos de otros fondos de inversión, los del plan de pensiones tributan al tipo marginal que le corresponda por los rendimientos del trabajo.
La anterior Ley de IRPF permitía declarar sólo por el 60% de lo cobrado, pero en la actual el inversor de este tipo de productos sale totalmente perjudicado.
Sólo interesan con rentas muy altas
Los planes de pensiones son interesantes principalmente para aquellos que tengan rentas muy altas (con una base liquidable superior a unos 53.000 euros anuales) y que no necesiten contar con liquidez antes de jubilarse. Suele tratarse de inversores que se han garantizado la pensión máxima de jubilación por la Seguridad Social y que saben que no tendrá otros ingresos complementarios (procedentes de rentas de alquiler, por ejemplo). Este tipo de inversor debe elegir un buen plan de pensiones, y retirarlo en forma de renta financiera eligiendo el importe mensual que se desea recibir.
Para los trabajadores con rentas que no sean muy altas, es preferible invertir en un fondo de inversión con buena rentabilidad. En el caso de un trabajador autónomo, que esté contribuyendo al mínimo en la Seguridad Social y con más de 50 años, lo que le conviene es aumentar la base de cotización, en vez de realizar aportaciones a un plan de pensiones.
En cualquier caso, no conviene realizar aportaciones al plan de pensiones cuando quede poco tiempo para jubilarse, por ejemplo, dos o tres años. Entonces es preferible invertir en un depósito o fondo de inversión.
No deje más impuestos de herencia
Cuando el inversor fallece, los herederos, que se quedan con el dinero pendiente de recuperar, tendrán que tributar en el IRPF a su tipo marginal. Si en lugar de un plan de pensiones el dinero quedara en un fondo de inversión, éste pasaría a formar parte de la masa hereditaria. Recuerde que en muchas comunidades autónomas el cónyuge, los hijos y los padres apenas tributan por la herencia.
Espero haberte ayudado.