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Bajo la promesa de recortar impuestos, aplicar una mayor desregulación, apostar por los combustibles fósiles, invertir en infraestructura, controlar el precio de los medicamentos, y aplicar más aranceles a las importaciones, Donald Trump vuelve a la Casa Blanca tras unas elecciones muy reñidas, pero que ha sabido superar con gran éxito. 

Y como sucede en cualquier otro país, ante un cambio de Gobierno son muchos los sectores económicos que se ven perjudicados, mientras otros se benefician. 

En este caso, uno de los sectores que previsiblemente podría verse perjudicado sería el de las energías renovables, ya que en esta ocasión serán los hidrocarburos los mayores beneficiados. Y si cruzamos la frontera de Estados Unidos hacia el resto de países, son muchos los que podrían verse afectados debido a las aplicaciones de aranceles que impondrá la Administración Trump a las importaciones. En el caso de España, el sector automotriz y el agroalimentario serían los más perjudicados. Pero también tendremos que ir pensando en cómo incrementar fuertemente nuestro gasto en defensa, a fin de alcanzar ese mínimo del 2% sobre el PIB que exigió Donald Trump para seguir protegiendo a los países de la OTAN en caso de sufrir agresiones externas; lo que dispararía nuestro ya sobredimensionado Gasto Público. 

Con todas esas repercusiones para la economía española, ya dudo si los resultados de las elecciones en Estados Unidos nos afectan de forma indirecta o directa… ¡Si hasta nos tendrían que haber permitido también votar en esas elecciones americanas! 

Y entre los sectores de la economía de Estados Unidos que más podrían beneficiarse sería el sector de las energías convencionales (combustibles fósiles), debido al fuerte apoyo que recibirán las industrias de petróleo y gas -ya que no fueron a cambio de nada los 75 millones de dólares donados por la industria petrolera, para la campaña electoral del partido republicano-, lo que podría traducirse en políticas de desregulación y apoyo a la producción nacional de crudo. Otro sector que podría verse beneficiado sería el bancario, debido a las reducciones de impuestos corporativos previstas y la disminución de requerimientos de capital de las grandes entidades americanas que pretende aplicar la nueva Administración, a fin de que éstas puedan dar más créditos y mejorar las retribuciones a sus accionistas. El sector del automóvil en Estados Unidos también podría beneficiarse no solo de la reducción de impuestos corporativos, sino principalmente del aumento de aranceles a los vehículos importados; lo que situará en desventaja a sus competidores. Y con la intención de reimpulsar el plan de renovación de las infraestructuras, también se verían beneficiadas las empresas constructoras, energéticas, o de servicios públicos entre otras. 


Inversión en infraestructuras y construcción 


Buscando un sector que claramente se viese beneficiado con el cambio de Gobierno de la primera potencia mundial, pero que a su vez no fuese contra los principios/factores ASG (ambientales, sociales y de buena gobernanza) dado que si no los tenemos en cuenta, el sector de las energías convencionales o el sector armamentístico serían otros de los sectores ampliamente beneficiados, interpreto que si continúa la senda de tipos de interés a la baja se reactivará el sector de la construcción considerando el abaratamiento de los costes de financiación. En otras palabras, hipotecas más accesibles que harían reactivar al sector de la construcción y al Real Estate. 

Y cabe recordar que como parte del plan de estímulos económicos de Donald Trump, éste propuso una ambiciosa inversión en infraestructura con el fin de renovar carreteras, puentes y sistemas de transporte público a lo largo de toda la geografía del país. Así, se espera modernizar la infraestructura y a su vez generar empleo en un sector clave para reactivar cualquier economía: la construcción. Por ese motivo, todo indica que este sector podría ser una de las estrellas de la economía americana durante los próximos años. 

A su vez, es importante destacar que la inversión en infraestructuras suele comportarse como un activo refugio ante panoramas inciertos, dado que su evolución suele presentar una baja correlación con los mercados financieros, y una mayor relación con las políticas de desarrollo que aplique el Gobierno de turno. Estos proyectos suelen ofrecer ingresos de forma recurrente y estable a lo largo de los años, dado que no solo implican la construcción de la infraestructura como activo tangible y necesario para la sociedad, sino en muchos casos la posterior concesión para su explotación y mantenimiento. 

Ante ese futuro escenario, en vez de esperar a que los sucesos se vayan desarrollando, esta vez he preferido adelantarme y buscar un Fondo de Inversión que invierta en el sector de las infraestructuras para aprovechar su crecimiento, ¡y no llegar tarde a "la fiesta” de los inversores!
 
 
Fuente: Imágenes de la película “El Lobo de Wall Street”.
Fuente: Imágenes de la película “El Lobo de Wall Street”.
   
Cuando éstos ya han alcanzado el máximo de sus beneficios y se predisponen a hacer caja...


DWS Invest Global Infraestructure 


Para poder localizar un Fondo ampliamente diversificado con una cartera compuesta por empresas de diversos subsectores, pero lo más representativa posible al sector de infraestructuras, opté por acudir al Supermercado de Fondos de Inversión de EBN Banco para asegurarme de seleccionar la clase más barata de este Fondo, la cual es DWS Invest Global Infraestructure “TFC” (EUR) Acc con ISIN LU1663931324.

Este Fondo de renta variable del sector infraestructuras se constituyó el 5 de Diciembre de 2017, e invierte principalmente en acciones de emisoras del sector de infraestructuras a nivel global, pero en su mayoría localizadas en Estados Unidos. A este Fondo pertenecen los siguientes segmentos: transporte (carreteras, puertos, aeropuertos y ferrocarriles), energía (suministro, venta y producción de gas y electricidad), agua (irrigación, potabilidad del agua, aguas residuales) y telecomunicaciones (postes de radio y móviles, satélites, fibra de vidrio y cables de cobre). 

Gestionado por DWS Investment, el Fondo presenta una beta de 0,95 y una volatilidad del 13,30% y un nivel de riesgo 4 en la escala del 1 al 7, donde 7 es el mayor nivel de riesgo.



Los gastos corrientes que aplica ascienden a tan solo el 0,83%.

En cuanto a la evolución de su valoración, ésta se puede ver en la siguiente gráfica:



Concretamente las rentabilidades alcanzadas, se pueden ver en el siguiente cuadro:



La composición de la cartera del Fondo la puedes ver a continuación:




No obstante, también es importante recordar que al igual que en cualquier otro tipo de inversión, ésta no está exenta de riesgos; y concretamente los que podrían afectar a este tipo de Fondos son los posibles cambios de regulación, retrasos en la construcción o en la obtención de permisos de ejecución, variaciones en la demanda de servicios, o incluso cambios en las condiciones económicas que puedan afectar a la rentabilidad de los proyectos. 

Es por eso, siempre será recomendable antes de tomar cualquier decisión de inversión sobre este tipo de Fondos, que consultes con tu asesor financiero de confianza. 

Pero si coincides con mi visión sobre las oportunidades que se presentan para las infraestructuras y la construcción en Estados Unidos, anticiparse a este nuevo escenario puede ser una jugada inteligente. Así que, si te has decidido a invertir en este sector, recuerda que en la “fiesta” de los mercados siempre es mejor llegar temprano que ir de resaca… ¡No vaya a ser que te pierdas la posible barra libre de las infraestructuras!
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  1. #1
    22/11/24 06:26
    Buen artículo. Quién ocupe la Casa Blanca puer influir mucho en las economías de medio mundo. También es verdad que dichos efectos se magnifican, cuando yo creo que no lo son tanto. Trump puede poner aranceles a diversos productos, pero las economías afectadas pueden hacer lo mismo. Sin embargo y, como bien comentas, el sector de infraestructuras puede comportarse como activo refugio.