La respuesta a esto daría para varias tesis doctorales completas, pero se puede resumir con cierto rigor en una frase: excelentes negocios o empresas pueden ser pésimas inversiones.
De esos fondos que nombras, algunos llevan muy buenas empresas (algunas) que por razones ajenas a su calidad estaban -y algunas pueden aún estar- sobrevaloradas. Esas razones son de índole más bien monetaria, en relación a unas expansiones de múltiplos de valoración del sector tecnológico que descontaban unos beneficios futuros excesivamente altos, o más bien desmesurados. Muchas de ellas son empresas en estados iniciales, algunas casi germinales, con escasa generación de caja y casi nulos beneficios, a las que el mercado, irracionalmente, atribuyó un excesivo crecimiento futuro, por pertenecer a un sector, el tecnológico, en el que sí que podremos encontrar a los ganadores del mañana, pero que desgraciadamente sólo conoceremos mañana.
Tipos de interés al cero permiten convertir cualquier empresa aun con escasa probabilidad de eclosión futura en una audaz y aparentemente gratuita apuesta de rentabilidad segura. Es decir, si la inversión sin riesgo da un cero de interés, toda inversión -de riesgo desconocido- que dé un 2% -PER 50- es rentable; del mismo modo, cualquiera que dé un 1% -PER 100- también es rentable, y podríamos seguir con esa recurrencia infinitesimal hasta PER casi infinitos, en las que cualquier valoración, por desmesurada que sea, se divide de unos beneficios tendentes a cero.
Como ejemplo inmobiliario, en un entorno de tipos de interés del 3%, si una vivienda -de calidad- que se alquila por 800 euros mensuales -9600 anuales-, se vendiera por 160000 euros, su rentabilidad sería del 6% y el PER, con matices, de 17; algo atractivo para un inversor al que el mercado le pagaría una prima por encima del interés libre de riesgo. En cambio, cuando los tipos de interés son del 0%, cualquier rentabilidad de esa vivienda por encima del 2%-3% sería admisible: esto nos llevaría al PER al rango 33-50 y, por tanto, al precio de la misma -considerando que el precio del alquiler, salvo en anómalos periodos inflacionarios, no se ve tan afectado por este proceso monetario- al rango de 320000-480000 euros. ¿Sigue siendo esa vivienda de calidad? Sí, nada en ella ha cambiado. ¿Está ahora cara? Sí, mucho. ¿Puede caer un 40%-50% sin que nada cambie en sus fundamentales y siga ganando lo mismo -su alquiler permanezca constante-? También.
Eso, con mil matices, le ha podido ocurrir a esos fondos que comentas. ¿Van a bajar más? No se sabe, aunque todo apunta que sí, si las subidas de tipos de interés se consolidan, sin perjuicio de que no podamos prever cuando ni cuanto. ¿Cuándo debemos salir o entrar? Imposible de saber. En cualquier caso, en tus mensajes se te nota nervioso e inquieto con tu cartera -quizá no sin razón, entiéndeme- y eso es bastante más negativo que cualquier consideración financiera o macroeconómica. Yo no te diré qué hacer -ni lo sé, ni aunque lo supiera podría decírtelo-, pero como dice Terry Smith: "If you don't like what's happening to your shares, switch off the screen".
Un saludo.