Recordemos por qué se han inventado los bancos. Un banco cobra un margen por hacer de intermediario del dinero entre el ahorrador y el deudor. Parte del valor que aporta es conocer al deudor por tener una relación con él, así como el conocimiento legal y de mercado, de a quién se le puede prestar.
Entonces, el concepto de Comunitae es una idea estúpida, porque el ahorrador tiene que prestar a un desconocido. La información es escasa. ¿La nómima, que se puede falsificar fácilmente con una impresora a color? Quien tiene los incentivos para prestar de forma responsable, el ahorrador, no tiene suficiente información para hacerlo. Comunitae tiene la diligencia de comprobar los datos y exigir el cumplimiento de los créditos, pero no tiene ningún incentivo económico para hacerlo (¿os imagináis a un abogado de Comunitae ejecutando un desahucio frente a los activistas de los Afectados por la Hipoteca?)
Innovar está bien pero sin olvidar los conceptos fundamentales. El que decide a quién se presta tiene que tener toda la información necesaria y conocer al cliente.