Me encanta la propuesta fiscal de Podemos, aunque, siendo justos, diremos que es algo así como la prepropuesta, pero con mucha pinta de parecerse a lo que finalmente incluyan en su programa y, sobre todo, a lo que de verdad les gustaría.
Me gusta esta propuesta, como les decía, porque deja las cosas claras, al menos a todos aquellos que no nos neguemos a ver la realidad: Podemos viene a saquearnos a conciencia y, ya sea por vía de IRPF, ya por otros caminos si esto resulta demasiado impopular, eso es lo que harán si cometemos alguna vez la locura colectiva de entregarles el poder.
¿Por qué esta voracidad recaudatoria? Podría parecer que es para hacer más cosas desde el Estado y con un torrente de maná público solucionar todos los problemas de esa buena gente que tanto sufre por la crisis, los recortes y este sistema injusto e inhumano. Pero no, la realidad es otra: lo que Podemos quiere es controlar al máximo la riqueza del país y, de paso, hacernos a todos mucho más pobres, tanto que necesitemos permanentemente la esperanza de que los líderes de la revolución nos van a sacar de pobres, este mes, el año que viene, con el próximo plan quinquenal, cuando logren derrotar a los elementos involucionistas de la derecha… -táchese aquí lo que proceda.
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Un IRPF del 50% como el que proponen los de Iglesias supone que usted, querido lector a la par que sufrido contribuyente, podrá disponer de aproximadamente un 10% de sus ingresos. El resto se irá entre estos brutales impuestos al trabajo –entre lo que incluyo también las cuotas a la Seguridad Social– y unos nada benévolos IVA, IBI, IVTM, impuestos especiales, impuestos a las gasolinas, tasas…, y no se le ocurra morirse o a sus herederos les meterán un rejón de sucesiones que seguramente tendrán que pasar a la clandestinidad con niños y todo.
Eso sólo puede degenerar en un país no ya pobre sino mísero. Si creen ustedes que nuestra situación hoy en día es mala, les aseguro que, en ese esperemos que imposible futuro, miraríamos a la España actual como una verdadera Jauja, un oasis de prosperidad, un paraíso perdido que ríanse ustedes del de Milton.
Dijo Popper un día que el hecho de que la libertad siempre acarree la prosperidad es "una muy feliz coincidencia"; que el socialismo acarree la pobreza no lo es, y tampoco es una consecuencia indeseada de una política bien intencionada pero errónea: un sistema sin libertad como el comunista necesita de la pobreza para poder subsistir. Literalmente, les gustan tanto los pobres que quieren que todos lo seamos.
En eso anda Podemos, y, miren ustedes por dónde, ahora ya no queda ninguna duda.