la creacion de un burgales del heroe catalan supercat medio torriente medio super gros.....va a acabar con los españolistas...je je viva supercat
Tocarse la 'botifarra'
El superhéroe es proselitista en una dirección (Cataluña mola, España no) pero punzante en todas ("algunos creen que el independentismo es sagrado, pero nada lo es"). Algo burdo y grotesco, raya la chabacanería como al tocarse la botifarra, pero Supercat es salado. Y, a primera vista, desternillante.
Militantes de Esquerra no entienden ir en la candidatura unitaria encabezada por el ex eurodiputado de ICV-EUiA Raül Romeva y en la que Mas, líder de un partido asociado a la corrupción y a los recortes, ocupa el cuarto puesto pese a que será jefe del Govern si gana Junts pel Sí. La CUP, el otro partido independentista, se presentará con una lista propia liderada por el periodista Antonio Baños. En ese contexto, aparece SuperCat.
Su mundo principal es Internet y, especialmente, YouTube. Una breve sintonía, propia de series de dibujos animados, da paso al nuevo agente de la independencia. Llega como el guardián de que "todo salga bien" en el culebrón que copa la información en TV3. Aborda la actualidad política catalana con mensaje y humor. Se mete en la piel de Pau Casals y se marca El Cant dels Ocells en clave reguetón. Se esfuerza en pos del concepto de unidad (independentista) como si ésta fuera una molesta mosca. Siente que el procés es cansino. Sugiere una candidatura con animales, con plantas o con una minipímer que "se ha hecho ahora indepe: hacía gazpachos pero ahora sólo allioli" y cuya carrera fracasa porque le descubren cuentas en Suiza.
Se dirige al público como "patriots" (patriotas en inglés) y dice que no recibe dinero de la Generalitat.
SuperCat se dirige al público como patriots (patriotas, en inglés), desmiente que reciba subvenciones de la Generalitat y da caña a sus enemigos políticos: Duran Lleida, "la caverna mediática españolista" y anónimos que le llaman "separatista", "borracho", "inútil", "drogata" y barbaridades irreproducibles.
Se le conoce un fan en el resto de España. "Está bien que [los independentistas] se rían de sí mismos", le espeta el forero Nicolás. "Al menos llevan esta cuestión a su foro de debate lógico", remata, a lo que SuperCat replica: "¡Aleluya, un español que entiende la ironía!". Y remacha: "Te queremos, Nicolás, salvo que seas el pequeño Nicolás".
Más allá del previsible proselitismo, el material, aunque de bajo coste y gañanesco, entretiene y tiene ritmo. "No pretende ser una obra de Hollywood. Tampoco un sketch de TV3 o la BBC. Es un videoblog", defiende el álter ego de SuperCat.
En Cataluña, tierra de reconocidos humoristas -Eugenio, La Trinca, Albert Boadella, El Tricicle, Pepe Rubianes, Andreu Buenafuente, Minoria Absoluta-, su estilo desenfadado y autocrítico no ha gustado, sin embargo, a todos. "Hay quien cree que me paso de la raya. Hago bromas sobre cosas que los guionistas de Polònia, el programa de humor sobre la actualidad política de TV3, no pueden hacer por estar en la tele de la Generalitat. Me gusta Polònia pero yo voy más allá".
Era previsible que SuperCat encendiese a internautas "del otro lado del Ebro", admite en conversación con este suplemento, pero sorprenden reacciones agresivas de patriotes catalans que lo señalan porque entiende que su chanza da munición a "los españoles". Habla SuperCat: "El humor catalán es muy escatológico, no nos esconderemos ahora. Nació Jesús, y en nuestra cultura alguien no pudo aguantarse y se puso a cagar en el belén. Los regalos de Navidad los caga un tronco de árbol. Y tocarse la butifarra hace gracia... tal vez a un alemán no; pero aquí, sí".
Estoico, sarcástico, bruto, SuperCat quiere ser el primero en llegar a la siguiente gran movilización del soberanismo: el 11-S. Como el adolescente que acampa a las puertas del recinto en que actuará Justin Bieber la semana siguiente, despliega un saco de dormir en la mediana de una Avenida Meridiana que echa fuego en plena ola de calor estival. Los transeúntes alucinan. En el segundo capítulo se topa con un supuesto viandante que afirma que votará a Ciutadans el 27-S. A base de guantazos le va haciendo cambiar el voto, de forma sucesiva, en este orden: Ciudadanos (en castellano), PSC, CiU, Esquerra, CUP, Terra Lliure... "Me he pasado con lo de Terra Lliure, la CUP ya está bien", reconduce SuperCat.
El guión de la serie no será sencillo para el espectador de fuera de Cataluña. No porque sea en catalán, sino porque entender el procés no es simple. "Los catalanes somos así, complicaditos", refiere el propietario de los guantes que "no devolverán el pelo a los calvos pero transformarán en indepe a Duran".
Salvo el bigote, todo su vestuario es auténtico. Habla ahora la persona: "Me lo pinta con un rotulador un amigo, que también pulsa el botón REC de mi teléfono móvil", dispositivo utilizado para grabar la serie creada por un joven actor barcelonés, showman, cantautor, clown profesional, ex periodista, admirador del humor de Monty Python y Ricky Gervais, politólogo de formación y que pide anonimato porque teme posibles represalias profesionales desde el ala talibán del soberanismo. "Tenemos que tomarnos lo que está pasando menos en serio si no queremos acabar de los nervios", reivindica.
En la serie, él lo hace todo: "Ideas, guión, atrezo, interpretación, edición de vídeo, subir los capítulos a la red". Y sin retribución. Apenas los gastos por una tela verde (croma) y algunos desplazamientos. Al digital Directe.cat no le llega para pagarle. Su fundador y máximo responsable, el ex diputado de Esquerra Joan Puig, fue noticia por colarse en la piscina de Pedro J. Ramírez (en Mallorca) al acceder a ella por el mar y con el carné de parlamentario en la boca. Junqueras fue director en 2008 del medio, que ha recibido subvenciones públicas de la Generalitat y la Diputació de Barcelona.
Mientras SuperCat se relame por su incursión el miércoles en el Camp Nou durante el Trofeu Joan Gamper, su álter ego confiesa que la idea de crear el superhéroe se la regaló "un compañero de oficina burgalés que no es independentista aún". Se marcha con la promesa de más aventuras tras el 27-S: un tragicómico culebrón de sobremesa, a lo griego y de 2.906 episodios, sobre el procés con Artur Mas, Oriol Junqueras, David Fernández, Muriel Casals y Carme Forcadell.