La investigación que realiza la Policía Nacional sobre la posible existencia de cuentas bancarias fuera del territorio nacional, en concreto en Gibraltar, de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), a través del que fue su tesorero entre 2005 y 2010, Daniel Osácar, podría desvelar importantes novedades en los próximos días, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. Desde hace más de un año, los agentes trabajan sobre este tema, ya que se sospecha que parte del dinero proveniente del cobro de comisiones del 3 por ciento a empresas por la adjudicación de obras en Cataluña habría sido ocultado en estas cuentas, cuyo titular se desconoce de forma fehaciente, pero que podría ser el propio Osácar o personas o entidades controladas por él.
Un dato que ha elevado las sospechas de los investigadores es que, a raíz de producirse filtraciones cuando comenzaron las pesquisas, el dinero de alguna de estas cuentas inició un recorrido por distintos paraísos fiscales. Sin embargo, aunque el dinero haya desaparecido, lo que sí queda constancia es de si la cuenta o cuentas han existido y a nombre de quién figuraban.
Ese rastro se ha seguido y se han cursado, a través de las autoridades fiscales y judiciales, las correspondientes comisiones rogatorias, cuyo resultado no va a tardar en conocerse, según las citadas fuentes, por más que la cantidad que había en las cuentas haya recorrido medio mundo.
Lo que tratan de confirmar es si una de las cuentas originarias, relacionada directamente con Daniel Osácar, se hallaba en una entidad bancaria de Gibraltar, aunque a raíz de esas filtraciones, el dinero emprendió el citado «viaje» por los paraísos fiscales. También se sospecha que entidades bancarias suizas han podido tener cuentas relacionadas con Osácar, aunque este extremo está aún por confirmar y no ha podido ser acreditado.
Osácar, según los investigadores, está involucrado en todo los asuntos económicos, legales o no, de CDC, partido del que fue tesorero entre 2005 y 2010, hasta el punto de ser imputado en el «caso Palau», pendiente tan sólo de juicio y, por lo tanto, de sentencia, en el que la financiación irregular del partido que ahora encabeza Artur Mas está sobre la mesa.
El ex tesorero no se ha desvinculado nunca de CDC, quizás por la gran información que posee sobre dicha financiación. Tal y como adelantó LA RAZÓN, en el registro que la pasada semana realizaron las Fuerzas de Seguridad en su domicilio no hallaron su ordenador. Casualmente, lo encontraron horas después cuando se desplazaron a la sede de CDC. Allí, en el despacho del ex alcalde de Barcelona, Xavier Trias, estaba el citado ordenador de Osácar, pese a no tener ningún cargo en el partido desde que fue implicado en el «caso Palau». Otras fuentes aseguran que la Benemérita está reconstruyendo unos documentos que habrían sido pasados por una trituradora de papel y que hacen referencia al pago de comisiones que Teyco, empresa de la familia Sumarroca, habría realizado a CDC.
Las investigaciones policiales, a efectos de poder ser judicializadas, precisan de la respuesta que ofrezcan las autoridades de los países requeridos a través de las correspondientes comisiones rogatorias. Las pesquisas, el trabajo de los agentes, continúa y, en el caso del presunto cobro de comisiones por parte de CDC a cambio de la adjudicación de obras, cada día se acumulan más evidencias.
Tal y como publicó este periódico en su día, la confesión pública que hizo, en julio del año pasado, el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en la que reconocía que tenía dinero «negro» en el extranjero pero que estaba regularizando la situación, hace pensar que debía tener noticias, además de por lo ocurrido en el «caso Palau», de que las Fuerzas de Seguridad llevaban desde hace meses recibiendo pistas sobre la financiación de CDC y el dinero que habían amasado los Pujol, denuncias que tras la declaración crecieron de forma exponencial.
La postura de los convergentes ha sido siempre negarlo todo o atribuirlo a conductas personales («caso Palau») o a una campaña de ataques a sus pretensiones secesionistas, en pleno periodo preelectoral de las elecciones del 27 de septiembre.
Pero la realidad es que Osácar siempre ha estado muy ligado tanto al «clan Pujol» como a CDC. Fue secretario personal del presidente de la Generalitat, Artur Mas y entró en la ejecutiva de Convergència cuando Mas fue elegido presidente del partido. Todo dio un giro cuando Mas marcó distancias con él asegurando que «no estaba al corriente de las finanzas de CDC». Desde el estallido del «caso Palau», abandonó toda vinculación con el partido. O eso parecía.
De hecho, en la caja fuerte de Sumarroca se encontraron documentos que detallaban contrataciones entre 2009 y 2011 junto con las anotaciones manuscritas que planteaban pagos, supuestamente de comisiones del 3%, hasta marzo de 2014.