Un real decreto, firmado en el monasterio de la Rábida, el 12 de octubre de 1.892, bajo la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena, expresaba el claro propósito de instituir como fiesta nacional esa fecha conmemortaiva de la llegada de Colón a América.
Pero fue el Presidente de la República Argentina, Hipólito Irigoyen, el que en un decreto de 1.917 iniciaba esta fiesta del 12 de octubre. Se acostumbró llamarla «Día de la Raza».
En 1.918, España secundaba la idea al firmar Alfonso XIII un decreto similar, que establecía el 12 de octubre como Fiesta Nacional.
Se cambió el nombre de Día de la Raza por el de Día de la Hispanidad en España en 1.958 por un decreto del 9 de enero: «Dada la enorme trascendencia que el 12 de octubre significa para España y todos los pueblos de América Hispana, el 12 de octubre será fiesta nacional, bajo el nombre de Día de la Hispanidad».
El término Hispanidad había sido creado por Zacarías de Vizcarra en 1.926, proponiendo sustituir Raza por Hispanidad como fiesta del doce de octubre, y su concepto desarrollado por Maeztu, Gomá y García Morente.
Maeztu escribía en 1.931: «El 12 de octubre, mal titulado el Día de la Raza, deberá ser en lo sucesivo el Día de la Hispanidad».
En 1.981, bajo la normativa de la Constitución española de 1.978, el Real Decreto 3217/1981, publicado Boletín Oficial del Estado de 1 de enero de 1.982, ratificó el doce de octubre como «Fiesta Nacional de España y Día de la Hispanidad».
En 1.987 la Ley 18/1987 (BOE 241/1987), ratifica como fiesta nacional de España el día del descubrimiento, porque «establece el Día de la Fiesta Nacional de España en el 12 de octubre», pero deja de denominarlo Día de la Hispanidad. Regaló así el gobierno del PSOE la expresión Fiesta de la Hispanidad a los que en ambos hemisferios veneran a la Virgen como reina de la Hispanidad, sea en su advocación de Virgen del Pilar, propia del 12 de octubre, sea en su advocación de Virgen de Guadalupe, extendida por América y por Extremadura.