Re: El PSOE confirma que habra terceras elecciones
El PSOE no quiere jugar al Risk. Se resiste a entrar en el juego táctico de la conquista de territorios y voluntades. Para los socialistas, el acercamiento de Rivera a Rajoy es "pura estrategia", un prólogo teatral, el paso de la abstención al 'sí'. Y visto este movimiento, los de Sánchez se niegan a lanzar los dados. "Nuestro 'no' es claro y definido", dijo su portavoz en el Senado, Óscar López.
Con el último Comité Federal como escudo, López reiteró: "Ya dijimos no". El pacto de El abrazo entre los de Ferraz y Ciudadanos se ha roto y, con la mano tendida de Rivera a Rajoy, la complicidad también se ha esfumado.
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Ahora la partida continúa gracias a las seis condiciones de regeneración con las que Rivera tasa su 'sí' al presidente en funciones, pero este cambio de actores y protagonismos ha levantado ampollas en la dirección del PSOE. Los socialistas se duelen de que las líneas generales del antiguo pacto puedan servir para dar oxígeno al PP, un retruécano del que culpan a Ciudadanos.
"CIUDADANOS ES PREVISIBLE"
"Ya estamos acostumbrados a estos movimientos", comentaba al respecto el líder socialista en el Senado.
También José Luis Ábalos, portavoz adjunto del PSOE en el Congreso, ha hecho referencia a la ductilidad estratégica de Ciudadanos. Para el diputado, la tesis de la "abstención técnica" es "una medida de natural fallida", por lo que tacha de "previsible" el último paso de Ciudadanos.
En la tribuna que publica en este periódico, acusa a Rivera de haber caído en el "más absoluto descrédito" e ironiza acerca de "los sapos" que dijo haberse tragado Girauta -de Ciudadanos- para sacar a los españoles del atolladero. Además, en su opinión, el breve documento de Rivera "no compromete a nada a Rajoy" debido a su inconcreción.
En la Ejecutiva del PSOE consideran que el presidente en funciones está utilizando a Ciudadanos como un elemento para lograr la destrucción del socialismo, pero Ábalos reivindica: "Hay presiones que consiguen lo contrario de lo que pretenden".
LA CONTRADICCIÓN DEL PSOE
Con las palabras de Ábalos y López, ambos cercanos a Pedro Sánchez, podría cuajarse la postura oficial del partido. El PSOE parece abocado al punto temido por el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que dijo a mediados de julio: "A ver quién es el guapo que dice 'no' a Rajoy si viene con 170 escaños". Rajoy casi acaricia ese escenario, aunque con 169.
Nada más mover ficha Rivera, Felipe González le respaldó: "Es el movimiento de más responsabilidad desde las elecciones". Una vez más, el expresidente enarboló la bandera de la abstención y se sumaron algunas de las viejas glorias del socialismo.
Hace cuatro días, Manuel de la Rocha, secretario de Economía del PSOE, abogó por "revisar el no" a Rajoy. Estas palabras, similares en la forma a las de González, abren una grieta en el partido porque Rocha ostenta un cargo de primera línea.
¿HASTA CUÁNDO?
De momento, Sánchez no ha dado su brazo a torcer, no en cuanto a una hipotética abstención, sino en relación a la posibilidad de realizar cualquier movimiento.
Un portavoz del PSOE asegura a EL ESPAÑOL que el secretario general aguantará las presiones hasta el último momento y que será al borde del precipicio cuando dé un paso hacia un lado o hacia el otro. "La decisión no la tomará el solo, pero sí es el quien tiene que proponer una posible solución", relata esta fuente.
Y MIENTRAS TANTO EN EL PP
Ciudadanos y PSOE, antiguos aliados, sólo coinciden en un punto: Rajoy no debería haber retrasado una semana su decisión al respecto del ultimátum naranja. El dirigente popular ha dado unos días de reflexión a los miembros de su Comité Ejecutivo, con quienes se reunirá tras el puente de agosto.
En contra de lo que podía parecer un rápido 'sí' del PP a Ciudadanos, el vicesecretario de Comunicación de los populares, Pablo Casado, deja abierto el debate: "Diremos sí o plantearemos una alternativa asumible"