¿Un 'sí' en diferido?
Una posición, ésta de la abstención, que hoy parece inamovible, pero que dirigentes de ambas formaciones no descartan que pueda variarse. De hecho, entre los pocos diputados que ayer se movían por los pasillos de la Cámara Baja, algunos de ellos socialistas, y también entre los periodistas, se coincidía en apuntar que las declaraciones de Rivera parecían sugerir un "sí en diferido" a la investidura.
El propio presidente de Ciudadanos resaltaba que "nosotros no estamos en la hipótesis de que no haya investidura" que, en su opinión debería celebrarse "a fínales de este mes como muy tarde", para concluir que "no hay alternativa" a Rajoy, que "es la persona que ha sido propuesta por el Rey y si no hay legislatura no habrá reformas ni habrá cambio".
En una línea similar, Rajoy se aventuraba a señalar que "hoy ya no es tan evidente que no pueda haber investidura". De momento "voy a negociar con el señor Rivera lo urgente, y si yo no viera ninguna posibilidad no habría aceptado el encargo del Rey".
A la espera de que estas negociaciones puedan concretarse en un compromiso mayor, ambos dirigentes coincidieran en trasladar la presión a Sánchez y al PSOE.
"Sin algún tipo de compromiso del PSOE no habrá Gobierno y sin un compromiso por parte de Ciudadanos no habrá posibilidad de gobernar", enfatizó Rajoy, quien reiteró que "mi primer objetivo es que no se repitan las elecciones y estoy trabajando para que haya un Gobierno que pueda gobernar".
Con más dureza se expresaba Rivera, quien no dudo en advertir que "si Sánchez sigue en el no, no, no, inflexible e inmovilista, España está condenada al bloqueo y a una crisis institucional sin precedentes", por lo que volvió a ofrecerse como mediador entre el PP y el PSOE y, dirigiéndose directamente al secretario general del Partido Socialista, apostilló que "si tú no puedes gobernar, ir a la investidura o tener mayoría, hay que permitir que alguien gobierne y el país se ponga en marcha".