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España país de pandereta y genocidio

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España país de pandereta y genocidio
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España país de pandereta y genocidio
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#841

Re: España país de pandereta y genocidio

Dedicado a VicenteT....el de los muertos.
Francisco Franco Bahamonde ascendió a general en 1926.
Aquí aparece -señalado con una flecha blanca-, en el centro del grupo, en el patio central del Alcázar de Toledo, sede de la Academia de Infantería, en el transcurso de una reunión celebrada con tal motivo.

#842

Re: España pais de pandereta y genocidio

Estos tres fotogramas reflejan la situación de un grupo de al menos 12 republicanos detenidos por los golpistas genocidas en la localidad gallega de Monforte de Lemos Muchos de los retratados fueron asesinados a los pocos días con un tiro en la espalda.

#843

Re: España pais de pandereta y genocidio

Enfermera republicana de un Hospital de Sangre en el frente de Buitrago de Lozoya. Julio de 1936. Imagen obra del prestigioso fotoperiodista Luis Ramón Marín (1884-1944). Durante más de 50 años y hasta mediados de los años 90 del XX, su esposa Eduarda Plá ocultó en el interior de un secreto butrón en un muro de su vivienda madrileña más de 18.000 negativos en película y placas de cristal, los cuales a mediados de los años 90 del XX entregó a la Fundación Pablo Iglesias

#844

Re: España pais de pandereta y genocidio

Tu mirada es vagamente escéptica, acaso retadora, distante y difusa, probablemente irónica... Adivino tras tu aparente fortaleza de mujer recia republicana, debajo de tu tenaz apostura quizás impostada, más allá de la seguridad de tus ojos que se me antojan curiosamente fieros, un cierto escepticismo, una leve fisura en la solidez de tus inquebrantables certezas, a través de la cual asoma la enorme y secreta fatiga que tratas de ocultar. ¿Qué guardas tras tus muros? ¿Qué esconde tu espíritu más íntimo al otro lado de los diques que lo contienen? Hazme sentir, contágiame de tu innegable entereza. ¿Aún sigues ahí? ¡Cómo me hubiera gustado abrazarte! Y hacerte sonreir. ¡¡¡Muera el fascismo ¡¡¡

#846

Re: España pais de pandereta y genocidio

«Al fuego». Esas fueron las dos palabras que dirigió el capitán español Cayetano Valdés al contralmirante francés Dumanoir cuando este le preguntó -durante la batalla de Trafalgar- por qué diantres abandonaba la formación. La frase no hubiera tenido mayor importancia de no ser porque implicaba que este español desobedecía las órdenes de su superior (quien le instaba a retirarse a Cádiz dejando de lado a los barcos aliados que se batían contra los ingleses) y partía directamente hacia la refriega con el objetivo de salvar a su buque insignia, el «Santísima Trinidad». Un bajel que al que los británicos estaban dejando como un colador. Su decisión le granjeó 117 heridas de metralla y verse obligado a luchar solo contra cuatro enemigos, pero le dejó la honra intacta.

Cayetano Valdés y Flores nació en Sevilla el 28 de septiembre de 1767. Su infancia la pasó asombrado por el mar. Esto le llevó, en 1781, a acceder por la puerta grande a la Real Compañía de Guardiamarinas de Cádiz. Desde entonces se destacó como un aventajado estudiante de astronomía, hidrografía y navegación. A partir de ese momento, y a la vista de sus capacidades militares y navales, sus mandos no tardaron en promocionarle. Un hecho que le llevó a participar a una edad temprana en contiendas tan destacables como el asedio de Gibraltar (acaecido entre 1779 y 1783).

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Entre ciencia y guerra
Después de ser nombrado capitán de fragata a los 25 años, su vida sufrió un breve cambio de rumbo. Y es que, dejó momentáneamente las armas para participar en la expedición científica que, a las órdenes de Alejandro Malaespina, buscaba reconocer el estrecho de Fuca.

Posteriormente, pasó su vida entre ciencia y balas hasta 1797, año en que (ya como capitán de navío) dirigió al «Pelayo» (de 74 cañones) contra los ingleses en la batalla del Cabo San Vicente. En la misma (la que supuso una gran derrota contra la Pérfida Albión) nuestro protagonista logró con su buque que el «Santísima Trinidad» (el gigantesco bajel español de -en principio- 120 cañones) no cayera en manos enemigas. Algo para lo que se batió heroicamente.

Batalla del Cabo San Vicente
Batalla del Cabo San Vicente- Wikimedia
En 1805, ya con España aliada con Francia, recibió órdenes de formar parte (al mando del navío «Neptuno» -de 80 cañones-) de la flota combinada formada por 18 bajeles franceses y 15 españoles para invadir Gran Bretaña. Dirigida por el infame Pierre Charles Silvestre de Villeneuve, esta armada tenía el objetivo de atravesar el Canal de la Mancha y transportar un ejército desde las costas francesas a las inglesas.

Sin embargo, la armada se vio finalmente cercada en octubre a la altura de Cádiz por una escuadra de 28 bajeles al mando del conocido Horatio Nelson. Al final, y después de celebrar varias reuniones, la «combinada» se decidió a atacar a los «british» el 21 de ese mismo mes. Todo ello, a pesar de que sabían que sus tripulaciones no eran lo suficientemente profesionales y la marinería (que no los oficiales) carecían de la experiencia de sus enemigos.

En Trafalgar
El 21 de octubre, las dos armadas se divisaron cerca del cabo Trafalgar. La flota combinada formó, por órdenes de Villeneuve (a bordo del «Bucentaure», de 80 cañones) en línea, mostrando las bandas de sus bajeles al enemigo. En el centro se destacaban (además del insignia en el que había embarcado el mandamás francés) el «Santísima Trinidad». Nuestro protagonista, Valdés, dirigía su «Neptuno» en la retaguardia, dirigida por el contralmirante Pierre-Étienne-René-Marie Dumanoir (sobre el navío «Formidable»). Este grupo contaba con un total de ocho bajeles entre los que destacaban tres españoles: el de nuestro protagonista, el «Rayo» y el «San Francisco».

Dumanoir
Dumanoir- Wikimedia
Con todo, después de que Villeneuve ordenase a sus buques virar en redondo para tener la proa hacia Cádiz (según la mayoría de historiadores, porque quería asegurarse la retirada por si era derrotado) la división de Dumanoir quedó en vanguardia. El resultado de esta estrategia no pudo ser peor, pues destrozó la formación de la combinada y dejó una distancia considerable entre los diferentes bajeles por la que, en el caso de lanzarse de bruces contra ella, podrían colarse los ingleses.

Dicho y hecho. Nelson, que tonto no era, decidió entonces formar dos divisiones y dirigirse, en perpendicular, hacia el centro de la línea francesa. «Los ingleses formaron dos gruesas columnas, de 15 navíos la situada más al Norte, o izquierda, que guiaba Nelson con su navío “Victory”; de 12 la otra, marchando a la cabeza el almirante Collingwood en el “Royal Souvereign”. (…) Se dirigieron, en líneas algo oblicuas, a la armada aliada: la primera, a cortarla por el centro; la de Collingwood, a envolver la retaguardia», explica el historiador y militar Cesáreo Fernández Duro en su obra «Armada española (desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón)».

Batalla de Trafalgar (estrategia inglesa)
Batalla de Trafalgar (estrategia inglesa)- Wikimedia
Aproximadamente al medio día se disparó el primer cañonazo y, posteriormente, se demostró que la estrategia de los británicos había sido acertada cuando sus buques se abalanzaron contra el «Bucentaure» y el «Santísima Trinidad». Villeneuve se vio entonces superado por un amplio elenco de contrarios y, desesperado, solicitó mediante señales a los extremos de su línea (entonces fuera del combate) que se dirigieran «al fuego» central cuanto antes. Las órdenes fueron recibidas por todos... incluso por Dumanoir. ¿Qué hizo este francés? Empezar a remolonear para evitar entrar en combate y dar órdenes a los navíos bajo su mando de que no se movieran para ayudar a sus aliados.

Un despiste...
Por suerte para nuestro país (donde el boicoteo histórico es tan habitual como la crítica soterrada a aquel que no esté presente) la mayoría de fuentes francesas quitan responsabilidad a España y están de acuerdo en que Dumanoir no quiso entrar en combate. Todo ello, a pesar de que, mientras le quedó un solo palo sin derribar, el «Bucentaure» de Villeneuve mantuvo en alto los banderines que le indicaban lo que debía hacer: presentarse en la refriega de una endemoniada vez para dar un buen repaso a los infames Lords ingleses con su escuadra. O al menos, para evitar que el repaso se lo diesen los hombres de Nelson a ellos.

Pero el «Formidable» ni caso. Nada de nada. «Rien de rien», que dirían los francos. De hecho, y para sorpresa de los presentes, se hizo el despistado y se alejó poco a poco (junto a los buques de su división) rumbo norte, hacia donde le dirigía la marea.

Cayetano Valdés
Cayetano Valdés- Wikimedia
Para algunos destacados historiadores como Roy Adkins, este «despiste» permitió que el plan de los ingleses saliese a pedir de boca: «La estrategia de Nelson dependía de que los buques de la vanguardia francesa tuviesen dificultades para virar y no lograsen, por tanto, auxiliar al resto de la línea de batalla hasta que fuese ya demasiado tarde. De modo que, cuando más se alejase Dumanoir de la flota, más posibilidades tendrían los británicos de obtener la victoria».

No obstante, otros tantos son partidarios de que, aunque hubiese cumplido las órdenes y hubiese entrado de cabeza en la refriega, es imposible saber qué hubiese sucedido. Uno de ellos es el militar y marino del XIX José Ferrer de Couto.

Independientemente del resultado militar, lo cierto es que -aquel día- Dumanoir dejó claro que era partidario de la «Liberté», pero poco de la «Égalité», y nada de la «Fraternité». Y es que, se tomó la libertad de obviar que era en el centro donde estaban las tortas y que lo igualitario y lo fraternal era acudir a dar de cañonazos al mismo enemigo que estaba aniquilando a su superior.

El «Neptuno»

Clase: 2da (Navío de Línea)

Año de construcción: 1795

Eslora: 55,60 m

Manga: 15 m

Punta: 7,23 m

Cañones: 80 (101 en Trafalgar)

Capitán: Cayetano Valdés

Tripulantes: 797

A las dos menos diez de la tarde, y ya hasta las napias de que Dumanoir no acudiese a la lid, Villeneuve ordenó (por enésima vez) que los buques entrasen «en fuego» en el centro de la formación. Mientras todo aquello sucedía, los fogonazos de los cañones que salían del «Bucentaure» y del «Santísima Trinidad» se iban desvaneciendo poco a poco, silenciados por el enemigo.

Todo parecía perdido. De hecho, hubo un momento en que los ingleses vieron tan silencioso el «Escorial de los mares» que creyeron que se había rendido. Pero nada más lejos de la realidad. «Notando los enemigos el silencio en aquella mole inerte, enviaron bote con oficial preguntar si se había rendido, prontamente respondieron los marineros españoles “no, no”», explica Duro. En los minutos siguientes, el combate continuó a expensas de la mirada lejana de Dumanoir quien, lentamente y ante la insistencia de su oficial al mando, ordenó a sus buques empezar a acercarse a la contienda.

Al fuego
La desesperación al ver a sus compatriotas batiéndose a quemarropa por España y Francia debió calar en lo más hondo del corazón de los capitanes a las órdenes de Dumanoir. Quizá fuera eso, o quizá fuera la simple necesidad de no manchar su historial manteniéndose a distancia de la mayor batalla naval de la época.

Fuera por la causa que fuese, finalmente algunos capitanes desobedecieron al infame galo y viraron para dejar de ser espectadores, y convertirse en protagonistas. «Como el jefe dejara pasar el tiempo sin obedecer la señal que todos los comandantes veían, algunos, por propia instigación viraron, haciendo los esfuerzos imaginables para llegar al fuego con el viento calmoso que apenas llenaba las velas», explica Duro en su obra.

El "Bucentaure", desarbolado
El "Bucentaure", desarbolado- Wikimedia
El primero de ellos, según este historiador, fue el de nuestro protagonista: el «Neptuno». El 80 cañones, a los mandos de Valdés, «cambió la proa remolque de los botes» y, queriendo emular lo que había hecho en la batalla del cabo «San Vicente» (donde su intervención evitó que el «Santísima Trinidad» cayera en manos enemigas), se dirigió finalmente hacia la refriega.

Así explicó el capitán español su decisión en el parte posterior de la contienda: «A la una y tres cuartos vi la señal que mandaba a la vanguardia virar en redondo a un tiempo y acudir a sostener el cuerpo o división atacada, lo que ejecuté inmediatamente, sin esperar el momento que vi izado poco después en el navío “Formidable”, el que con el resto de la vanguardia estaba haciendo lo que yo ya tenía verificado».

«A la una y tres cuartos vi la señal que mandaba a la vanguardia virar en redondo a un tiempo y acudir a sostener el cuerpo o división atacada, lo que ejecuté inmediatamente»
Antonio Escaño, segundo oficial de la armada española en la contienda, refirió así su conducta: «Viró en obedecimiento de la orden de la señal de virar por redondo la vanguardia para sostener el cuerpo atacado». Según se dice, cuando observó la maniobra, Dumanoir le preguntó al hispano qué diantres hacía al pasarse por el forro (del pantalón) la cadena de mando. Ante esas palabras nuestro protagonista le respondió, simplemente, que se dirigía «al fuego».

Otro tanto sucedió con el «Intrepide» (un navío de línea de segunda clase, de 74 cañones, y construido en los astilleros de Ferrol). Su capitán, Luis Infernet, le puso las mismas napias que su homólogo español y se lanzó contra los ingleses ávido de sangre. Este marino, tras la contienda, fue recibido de forma honrosa por Napoleón, quien le dijo lo siguiente: «Si todos los comandantes se hubiesen conducido como vos en Trafalgar, la victoria no hubiera estado ni un solo momento indecisa».

Las bajas según el informe de Valdés

Muertos -

Alférez de Navío D. Cayo Picado, Contador D. Diego de Soto. (Tropa, quince; marinería, veintidós, en combate. Tropa y marinería, en el naufragio, se ignora cuántos).

Heridos -

El Comandante, D. Cayetano Valdés; el Segundo, don Joaquín Somoza; el Teniente de Fragata D. Joseph Linares y el Alférez de Fragata D. Joseph Navarro. Contusos: El Alférez de Fragata D. Miguel Henríquez, el Capitán de Voluntarios de la Corona D. Joaquín Morata. En poder de los enemigos: Tenientes de Navío, dos, que son: D. Antonio Miranda y D. Francisco Beranger. Gente de mar, treinta. Estos fueron llevados al navío Minotauro en las noche del 21.

Añadido -

El Segundo Comandante fué gravemente herido poco después que yo, así no pudo desempeñar largo tiempo el mando del navío. Es cuanto puedo informar a V. E. sobre el particular. Dios guarde a V. E. muchos años.

Mientras hombres como Valdés e Infernet ponían proa hacia el «Bucentaure» de Villeneuve y el «Santísimas Trinidad» (ambos, casi unas boyas inertes para entonces), Dumanoir decidió que poco podía hacer con los buques que le quedaban, y tomó una decisión todavía más criticable que su actitud hasta el momento: marcharse con viento fresquito hacia Cádiz para salvarse.

«Dumanoir, que al fin se decidió pasar por barlovento con cuatro navíos franceses en línea, satisfaciéndose con disparar algunos cañonazos de lejos, orzó, perdiéndose de vista por el Oeste», añade Duro. Con su partida, bandera tricolor ondeando al viento, se marcharon las pocas opciones (y las esperanzas de victoria) del almirante francés. Concretamente, los buques que decidieron dejar a sus compañeros atrás fueron el «Formidable», el «Scipion», el «Duguay-Trouin» y el «Mont Blanc».

En combate
Media hora después de mandar a la «merde» a Dumanoir, Valdés se dio de bruces con dos navíos que salieron a cortarle el paso a la ver que intentaban doblar (superar y atacar por la popa, la parte más débil de los bajeles de la época) al «Bucentaure» y al «Santísima Trinidad». Estos fueron el «Spartiate» (de 74 cañones) y el «Minotaur» (también de 74). Le detuvieron, pero este par de bajeles pronto tuvieron que ser reforzados con otros dos gracias a la tenacidad de nuestro protagonista.

«A las dos y cuarto teníamos por nuestra amura de barlovento cuatro navíos enemigos, uno de ellos de tres puentes, que con viento algo más fresquito que hasta entonces había reinado y fuerza de vela, las amuras a babor, se dirigían a doblar al Trinidad y Bucentauro, desarbolados ya de todos sus palos; con ellos trabé un vigoroso combate, así como los demás buques de mi inmediación, que eran todos franceses, en número de cuatro», explica el mismo Valdés en su informe de la batalla.

Nelson, en Trafalgar
Nelson, en Trafalgar- Wikimedia
Cañonazo tras cañonazo, mosquetazo tras mosquetazo, el español demostró a los ingleses (y a los huidizos galos) que no estaba dispuesto a dejarse la vida sin llevarse a cuántos más enemigos pudiera al fondo del mar.

Pero, aunque logró dar unos minutos a sus dos aliados, finalmente terminó sucumbiendo hacia la potencia inglesa. «A las tres y media, habiendo arribado algo la división enemiga, pasó por sotavento de la nuestra y a muy poca distancia, en cuyo tiempo fue cuando recibí averías de consideración, pues perdí el mastelero de velacho y parte de la cofa de trinquete, cortados muchos obenques de este palo. Faltó el estay mayor, la verga de trinquete, el mastelero de gavia; atravesado el palo mayor por cinco partes, cortados todos los obenques y quinales de la banda de babor y cinco de la de estribor, dos cañones en el entrepuente desmontados y varios balazos a flor de agua, por donde entraba bastante», comenta en su informe.

El final
Una hora después (a las «cuatro menos algunos minutos», en palabras de Valdés), tras recibir severos daños en el caso, los palos y cualquier elemento del buque sensible de ser destruido por un bala británica, el «Neptuno» de Valdés pudo al fin acercarse al «Bucentaure» y al «Santísima Trinidad».

El capitán había cumplido valerosamente con su misión de socorro, aunque de poco sirviera ya para la victoria combinada en la contienda. Fue en ese momento cuando, sabedor de que -al menos- no había fallado a sus compatriotas (como si habían hecho los galos) la tragedia se sucedió: fue herido de gravedad en la cabeza por la caída de uno de los palos del buque.

Grabado de Valdés
Grabado de Valdés- Wikimedia
«A esta sazón cayó el palo de mesana, y en sus ruinas fui herido en la cabeza y nuca, con lo que perdí el sentido y conducido abajo, a donde nunca pensé retirarme, sin embargo de haberme sentido herido tres veces durante la acción», explicó posteriormente. Para entonces, y tal y como señala José María de Mena en su obra «Historia de Sevilla», había recibido la friolera de 117 heridas de metralla en todo el cuerpo.

Como ocurrió con otros tantos capitanes, en principio Cayetano Valdés se negó a retirarse, pero sus compañeros terminaron poniendo su cuerpo a cubierto cuando perdió el conocimiento. «Un guardiamarina sacó al comandante don Cayetano Valdés, el amigo de mi padre, cuando ya estaba abandonado a una muerte segura, porque […] un golpe en la cabeza le tenía […] privado enteramente del sentido», afirmó Escaño en sus memorias.

El navío se rindió con el deber cumplido, la honra intacta, pero con 42 muertos y 47 heridos
Como es lógico, el oficial señala en su informe que, desde ese momento, «nada sé por mi mismo», pero continúa narrando el combate del «Neptuno» en base a los datos obtenidos de sus oficiales.

«Tengo entendido que mi navío se conservó a la voz del Trinidad y Bucentauro de la vuelta encontrada, que los enemigos reviraron sobre mi navío y lo doblaron por barlovento, y que por último, algunos minutos antes de ponerse el sol, hallándose con treinta muertos y cuarenta y siete heridos, enteramente desarbolado haciendo bastante agua y abrumado del superior número de los enemigos que se cebaron sobre mi navío, que fué el único que estaba en aquellas aguas, determinaron hendirse a fuerzas tan desiguales», determina. Al final, el navío se rindió a la cinco de la tarde. Con el deber cumplido, la honra intacta, pero con 42 muertos y 47 heridos.

Tras la batalla
Tras la derrota y la huida desesperada de algunos buques de la combinada, el «Neptuno» y su tripulación fueron hechos prisioneros por los ingleses. Estos, al día siguiente, remolcaron los restos del bajel con intención de llevarlo hasta sus islas. Sin embargo, y para suerte de Valdés, una división española salió posteriormente del puerto para rescatar a cuántos marinos y bajeles apresados pudiese. Uno de ellos fue, precisamente, su navío.

Ese hecho le permitió llegar con vida a Cádiz, ser ascendido a almirante, y combatir en la posterior Guerra de la Independencia. Pero eso, como se suele decir, es otra historia.

#847

Re: España país de pandereta y genocidio

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#848

Re: España pais de pandereta y genocidio

Lastima que en los tiempos que narra el Nuevo Testamento no existieran estas cámaras como las que nos muestras a estos nazis genocidas. Tal vez no habríamos llegado a este nivel de demencia. Una imagen vale más que mil palabras, y nos habríamos ahorrado todos los Evangelios con todas las repercusiones homicidas que nos han traído a lo largo de los siglos.
Es por eso que estas cosas pasaban antes, cuando no había fotógrafos, periodistas, autopsias, forenses que certificaran una muerte y demás adelantos técnicos que nos permiten desenmascarar a los farsantes y a los charlatanes.

#849

Re: España pais de pandereta y genocidio

Oño donde tenía el cura el brazo?

Con de fotos de curas que hay con el brazo en alto y sacas una manipulada lo que nos permiten desenmascarar a los farsantes y a los charlatanes.

#850

Re: España pais de pandereta y genocidio

tienes que mejorar la seleccion....esto suena a fraude de los genocidas marsistas

#851

Re: España país de pandereta y genocidio

gloria y honor a los que murieron en el acorazado ESPAÑA...

La Armada ha localizado y accedido al buque España, un acorazado hundido en las proximidades de Santander tras una explosión ocurrida a bordo en 1937 durante la Guerra Civil.Según informa hoy la Armada, este descubrimiento se ha realizado durante la campaña del buque de Salvamento y Rescate Neptuno, que salió al mar este mes de septiembre para desarrollar un adiestramiento específico con la Unidad de Buceo de Ferrol, dentro del programa bienal de actualización para buzos.Coincidiendo con esta navegación, el Neptuno buscó, localizó y reconoció el España, acorazado perteneciente a la 1ª División de la Escuadra que se hundió en las proximidades de Santander, tras una explosión ocurrida a bordo en 1937.En una primera fase de búsqueda se utilizó el Sonar de Barrido Lateral (SBL) y el magnetómetro, que permitió la localización del pecio.Posteriormente, y en una segunda fase, se empleó el vehículo submarino (ROV) SCORPIO-03, que descendió hasta los 75 metros y obtuvo imágenes del acorazado. Tras finalizar sus cometidos, el Neptuno ha regresado a su base en el Arsenal Militar de Cartagena.El buque España chocó el 30 de abril de 1937 cerca de Santander contra una mina posiblemente fondeada unos días antes por el minador nacional Júpiter.Aquel día patrullaba por el Cantábrico, junto al buque Velasco. Los dos buques tenían la misión de vigilar el bloqueo por mar de la zona republicana. A primera hora de la mañana apareció un carguero inglés y la patrulla se dirigió a interceptarlo. El Velasco se dirigió a por el barco inglés y el España maniobró para interponerse entre el carguero y tierra, pero en esa maniobra se acercó al cabo Galizano y entró en un campo minado. Murieron cinco hombres por la explosión.

#852

Re: España pais de pandereta y genocidio

Por el fascismo hacia dios

#853

Re: España pais de pandereta y genocidio

Segun publica hoy el diario Publico El ayuntamiento de Zaragoza rindió este viernes, en uno de los actos centrales del VI Encuentro Transfronterizo de Memoria Histórica Democrática, su homenaje pendiente a los 15 alcaldes y concejales republicanos y a los 30 trabajadores municipales asesinados durante la guerra civil por los golpistas genocidas “Se trata de un acto de reparación y justicia con los demócratas, concejales y trabajadores, asesinados por la sublevación fascista”, señaló el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, que descubrió la placa en un acto en el que participaron representantes de todos los grupos municipales y al que asistieron varios centenares de personas. El alcalde anunció en la recepción anterior a los participantes en el encuentro que la magistrada argentina María Servini, instructora de la querella contra el franquismo, tiene previsto mantener en las próximas semanas un encuentro con representantes de los ayuntamientos que han aprobado iniciar acciones legales para esclarecer lo sucedido durante la sublevación militar de 1936, entre los que se encuentra Zaragoza, victimas de los golpistas genocidas alabados en este foro por algunos fachas. En la capital aragonesa murieron víctimas de la represión franquista 3.544 personas, lo que supone más de la tercera parte de las 8.523 que perdieron la vida en toda la comunidad, según recoge el historiador Julián Casanova en su libro Pasado Oculto. Al menos diez concejales republicanos fueron asesinados en Zaragoza en los primeros meses de la guerra, según recoge el historiador Héctor Vicente Sánchez, que narra cómo en agosto de 1936 perdieron la vida Bernardo Aladrén, Manuel Pérez-Lizano, Antonio Ruiz, Jenaro Sánchez Remiro y Alfonso Sarría Almenara; un mes después corrían la misma suerte Antonio Aramendia y Mariano Serra Valero, en octubre eran asesinados Mariano Augusto Muniesa y Casimiro Sarría y, tras estos, Joaquín Uriarte Osés. A esos nombres se les añaden los de cinco alcaldes pedáneos: Pablo Gabasa (San Juan de Mozarrífar), Felipe Hernández (Movera), Mariano Lozano (Casetas), Vicente Martín (La Cartuja) y Paulino Navarro (Garrapinillos). La placa de conmemoración a los 15 alcaldes y concejales y a los 30 trabajadores asesinados durante la Guerra Civil. El estudio, que recoge cómo haber representado al PSOE, a Izquierda Republicana o a Unión Republicana, e incluso la mera sintonía con esas formaciones, se convertía en una acusación inapelable, señala cómo ediles de otros partidos, como Juan Burillo, Francisco Cavero, José María Monterde, Carlos Navarro y Agustín Sama, actuaban como testigos de cargo en esos juicios. Cuatro ediles republicanos fueron dados por desaparecidos, otros tantos lograron exiliarse y diez más fueron sometidos a expedientes de responsabilidad política. Algunos como Eduardo Castillo o Gumersindo Sánchez Guisande salvaron la vida, aunque con una sanción económica inasumible para sus economías que, en el caso del primero, iba acompañada de un destierro a 250 kilómetros de Zaragoza durante doce años. Otro edil, Federico Martínez, murió antes de haber saldado la multa que le impusieron tras un expediente de responsabilidades políticas posterior a su paso por la cárcel. La represión de los golpistas genocidas segó la vida de alrededor de 800 concejales de partidos de izquierda y demócratas en todo Aragón. El magistrado emérito Martín Pallín dijo en la conferencia: “en España inventamos los campos de concentración y los desaparecidos”

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, descubrió este viernes la placa de homenaje a los 15 ediles republicanos y 30 trabajadores municipales asesinados por los sublevados en 1936.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, descubrió este viernes la placa de homenaje a los 15 ediles republicanos y 30 trabajadores municipales asesinados por los sublevados en 1936.

#854

Re: España pais de pandereta y genocidio

El programa de Falange Española de las J. O. N. S.
Se nos ruega la inserción de esta nota:

«En los primeros días del pasado mes de octubre, el Consejo Nacional de la Falange Española de las J. O. N. S. empezó a elaborar unas declaraciones doctrinales y programáticas del movimiento. Suspendidas las tareas del Consejo Nacional por haber estallado los sucesos revolucionarios, quedó la Junta política, que es su delegación permanente, encargada de terminar el trabajo. Ahora, sobre la ponencia de la Junta, la Jefatura del Movimiento ha publicado el siguiente programa:

Nación, unidad, imperio.

1. Creemos en la suprema realidad de España. Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiante tarea colectiva de todos los españoles. A la realización de esa tarea habrán de plegarse inexorablemente los intereses de los individuos, de los grupos y de las clases.

2. España es una unidad de destino en lo universal. Toda conspiración contra esa unidad es repulsiva. Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos.

La Constitución vigente, en cuanto incita a las disgregaciones, atenta contra la unidad de destino de España. Por eso exigimos su anulación fulminante.

3. Tenemos voluntad de Imperio. Afirmamos que la plenitud histórica de España es el Imperio.

Reclamamos para España un puesta preeminente en Europa. No soportamos ni el aislamiento internacional ni la mediatización extranjera.

Respecto de los países de Hispanoamérica, tendemos a la unificación de cultura, de intereses económicos y de poder. España alega su condición de eje espiritual del mundo hispánico como título de preeminencia en las empresas universales.

4. Nuestras fuerzas armadas –en la tierra, en el mar y en el aire– habrán de ser tan capaces y numerosas como sea preciso para asegurar a España en todo instante la completa independencia y la jerarquía mundial que le corresponde.

Devolvemos al Ejército de tierra, mar y aire toda la dignidad pública que merece y haremos, a su imagen, que un sentido militar de la vida informe toda la existencia española.

5. España volverá a buscar su gloria y su riqueza por las rutas del mar. España ha de aspirar a ser una gran potencia marítima, para el peligro y para el comercio.

Exigimos para la Patria igual jerarquía en las flotas y en los rumbos del aire.

Estado, individuo, libertad.

6. Nuestro Estado, será un instrumento totalitario al servicio de la integridad patria.

Todos los españoles participarán en él al través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará al través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos, con todas sus consecuencias: sufragio inorgánico, representación por bandos en lucha y parlamento del tipo conocido.

7. La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles.

Pero sólo es de veras libre quien forma parte de una nación fuerte y libre.

A nadie le será lícito usar su libertad contra la unidad, la fortaleza y la libertad de la Patria. Una disciplina rigurosa impedirá todo intento dirigido a envenenar, a desunir a los españoles o a moverlos contra el destino de la Patria.

8. El Estado nacionalsindicalista permitirá toda iniciativa privada compatible con el interés colectivo, y aun protegerá y estimulará las beneficiosas.

Economía, trabajo, lucha de clases.

9. Concebimos a España en lo económico como un gigantesco Sindicato de productores. Organizaremos corporativamente a la sociedad española, mediante un sistema de Sindicatos verticales por ramas de la producción, al servicio de la integridad económica nacional.

10. Repudiamos el sistema capitalista, que se desentiende de las necesidades populares, deshumaniza la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes, propicias a la miseria y a la desesperación.

Nuestro sentido espiritual y nacional repudia también el marxismo. Orientaremos el ímpetu de las clases laboriosas, hoy descarriadas por el marxismo, en el sentido de exigir su participación directa en la gran tarea del Estado nacional.

11. El Estado nacionalsindicalista no se inhibirá cruelmente de las luchas económicas entre los hombres, ni asistirá impasible a la dominación de la clase más débil por la más fuerte. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clases, por cuanto todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica.

Reprobamos e impediremos a toda costa los abusos de un interés parcial sobre otro y la anarquía en el régimen del trabajo.

12. La riqueza tiene como primer destino –y así lo afirmará nuestro Estado– mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan miserablemente mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos.

13. El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales, y la protegerá contra los abusos del gran capital financiero, de los especuladores y de los prestamistas.

14. Defendemos la tendencia a la nacionalización del servicio de Banca y, mediante las corporaciones, a la de los grandes servicios públicos.

15. Todos los españoles tienen derecho al trabajo. Las entidades públicas sostendrán necesariamente a quienes se hallen en paro forzoso.

Mientras se llega a la nueva estructura total, mantendremos e intensificaremos todas las ventajas proporcionadas al obrero por las vigentes leyes sociales.

16. Todos los españoles no impedidos tienen el deber del trabajo. El Estado nacionalsindicalista no tributará la menor consideración a los que no cumplan función alguna y aspiren a vivir convidados a costa del esfuerzo de los demás.

Tierra.

17. Hay que elevar a todo trance el nivel de vida del campo, vivero permanente de España. Para ello adquirimos el compromiso de llevar a cabo sin contemplaciones la reforma económica y la reforma social de la agricultura.

18. Enriqueceremos la producción agrícola (reforma económica) por los medios siguientes:

Asegurando a todos los productos de la tierra un precio mínimo remunerador.

Exigiendo que se devuelva al campo, para dotarlo suficientemente, gran parte de lo que hoy absorbe la ciudad en pago de sus servicios intelectuales y comerciales.

Organizando un verdadero Crédito Agrícola Nacional, que al prestar dinero al labrador a bajo interés con la garantía de sus bienes y de sus cosechas le redima de la usura y del caciquismo.

Difundiendo la enseñanza agrícola y pecuaria.

Ordenando la dedicación de las tierras por razón de sus condiciones y de la posible colocación de los productos.

Orientando la política arancelaria en sentido protector de la agricultura y de la ganadería.

Acelerando las obras hidráulicas.

Racionalizando las unidades de cultivo, para suprimir tanto los latifundios desperdiciados como los minifundios antieconómicos por su exiguo rendimiento.

19. Organizaremos socialmente la agricultura, por los medios siguientes:

Distribuyendo de nuevo la tierra cultivable para instituir la propiedad familiar y estimular enérgicamente la sindicación de labradores.

Redimiendo de la miseria en que viven a las masas humanas que hoy se extenúan en arañar suelos estériles, y que serán trasladadas a las nuevas tierras cultivables.

20. Emprenderemos una campaña infatigable de repoblación ganadera y forestal, sancionando con severas medidas a quiénes la entorpezcan e incluso acudiendo a la forzosa movilización temporal de toda la juventud española para esta histórica tarea de reconstruir la riqueza patria.

21. El Estado podrá expropiar sin indemnización las tierras cuya propiedad haya sido adquirida o disfrutada ilegítimamente.

22. Será designio preferente del Estado nacionalsindicalista la reconstrucción de los patrimonios comunales de los pueblos.

Educación nacional, Religión.

23. Es misión esencial del Estado, mediante una disciplina rigurosa de la educación, conseguir un espíritu nacional fuerte y unido e instalar en el alma de las futuras generaciones la alegría y el orgullo de la Patria.

Todos los hombres recibirán una educación premilitar que les prepare para el honor de incorporarse al Ejército nacional y popular de España.

24. La cultura se organizará en forma de que no se malogre ningún talento por falta de medios económicos. Todos los que lo merezcan tendrán fácil acceso incluso a los estudios superiores.

25. Nuestro movimiento incorpora el sentido católico –de gloriosa tradición y predominante en España– a la reconstrucción nacional.

La iglesia y el Estado concordarán sus facultades respectivas, sin que se admita intromisión o actividad alguna que menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional.

Revolución nacional.

26. Falange Española de las J. O. N. S. quiere un orden nuevo, enunciado en los anteriores principios. Para implantarlo, en pugna con las resistencias del orden vigente, aspira a la revolución nacional.

Su estilo preferirá lo directo, ardiente y combativo. La vida es milicia y ha de vivirse con espíritu acendrado de servicio y de sacrificio.

27. Nos afanaremos por triunfar en la lucha con sólo las fuerzas sujetas a nuestra disciplina. Pactaremos muy poco. Sólo en el empuje final por la conquista del Estado gestionará el Mando las colaboraciones necesarias, siempre que esté asegurado nuestro predominio.»

#855

Re: España pais de pandereta y genocidio

EL TESTAMENTO DE FRANCO

MADRID, 20. (INFORMACIONES.)

«Españoles: Franco ha muerto.» Con estas palabras, entrecortadas por la emoción, el presidente del

Gobierno, don Carlos Arias Navarro, se ha dirigido al país a través de la televisión a las diez en punto de

la mañana. El señor Arias, visiblemente conturbado, leyó un mensaje del Generalísimo a los españoles en

el que Franco pide perdón a todos y se declara fiel hijo de la Iglesia, al tiempo que exhorta al país a

apoyar firmemente al nuevo Rey. He aquí las palabras del presidente y el texto del testamento de Franco:

«Españoles, Franco ha muerto: el hombre de excepción que ante Dios y ante la Historia asumió la

inmensa responsabilidad del más exigente y sacrificado servicio a España, ha entregado su vida, quemada

día a día, hora a hora, en el cumplimiento de una misión trascendental.

Yo sé que en estos momentos mi voz llegará a vuestros hogares entrecortada y confundida por el

murmullo de vuestros sollozos y de vuestras plegarias. Es natural. Es el llanto de España, que siente como

nunca la angustia infinita de su orfandad. Es la hora del dolor y de la tristeza, pero no es la hora del

abatimiento ni de la desesperanza. Es cierto que Franco, el que durante tantos años fue nuestro Caudillo,

ya no está entre nosotros; pero nos deja su obra, nos queda su ejemplo, nos lega un mandato histórico de

inexcusable cumplimiento. Porque fui testigo de su última jornada de trabajo, cuando ya la muerte había

hecho presa en su corazón, puedo aseguraros que para vosotros y para España fue su último pensamiento,

plasmado en este mensaje con que nuestro Caudillo se despide de esta España a la que tanto quiso y tan

apasionadamente sirvió.»

MENSAJE POSTUMO DE FRANCO

«Españoles, al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo y comparecer ante su inapelable

juicio, pido a Dios que me acoja benigno a su presencia, pues quise vivir y morir como católico. En el

nombre de Cristo, me honro y ha sido mi voluntad constante ser hijo fiel de la Iglesia, en cuyo seno voy a

morir. Pido perdón a todos como de todo corazón perdono a, cuantos se declararon mis enemigos sin que

yo los tuviera como tales. Creo y deseo no haber tenido otros que aquellos que lo fueron de España, a la

que amo hasta el último momento y a la que prometí ser fiel hasta el último aliento de mi vida, que ya sé

próximo. Quiero agradecer a cuantos han colaborado con entusiasmo, entrega y abnegación en la gran

empresa de hacer una España unida, grande y libre. Por el amor que siento por nuestra Patria, os pido que

perseveréis en la unidad y en la paz, y que rodeéis al futuro Rey de España, don Juan Carlos de Borbón,

del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado, y le prestéis en todo momento el mismo apoyo

de colaboración que de vosotros he tenido.

No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros

y para ello deponed frente a los supremos intereses de la Patria y del pueblo español toda mira personal.

No cejéis en alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres de España, y hacer de ello

vuestro primordial objetivo.

Mantened la unidad de las tierras de España exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como fuente

de la fortaleza de la unidad de la Patria. Quisiera, en mi último momento, unir los nombres de Dios y de

España y abrazaros a todos para gritar juntos, por última vez, en los umbrales de mi muerte, ¡Arriba

España! ¡Viva España!»

El señor Arias acabó su breve discurso entre sollozos. Al parecer tuvo que repetir la grabación del mismo,

pues la emoción le embargó en un momento dado, interrumpiendo sus palabras. El mensaje del Caudillo

lo llevaba escrito y lo sacó visiblemente del interior de su americana, desdoblándolo ante las cámaras
antes de leerlo.

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