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Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

9 respuestas
Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno
Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno
#2

Re: Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

GUSTAVO BUENO

La última entrevista de ABC a Gustavo Bueno: «En España tenemos el cerebro hecho polvo»

El filósofo se sinceró con el periodista Hughes en una conversación sobre su carrera y la situación actual del país

Hughes . - hughes_huMadrid07/08/2016 14:38h - Actualizado: 08/08/2016 12:41h.

« Yo tengo la impresión de que actualmente en España la gente se ha degradado de tal modo que tenemos la cabeza totalmente destrozada, no hay ideas generales de establecer una sintaxis entre una cosa y otra, cada uno dice lo que le da la gana y no sabe lo que dice.

Nos faltan herramientas.

La tradición te las da. Uno de los enemigos principales de esto es el psicologismo, los pedagogos. Lo importante no es la psicología, es la Historia. »

http://www.abc.es/cultura/cultural/abci-ultima-entrevista-bueno-abc-espana-tenemos-cerebro-hecho-polvo-201608071438_noticia.html

#3

Re: Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

El destino no pudo darle apellido más apropiado. Porque, por encima de cualquier otro adjetivo que se quiera emplear para definir a Gustavo Bueno Martínez, siempre descollará el hecho de que fue un hombre bueno.

Mucho se ha escrito, y mucho se va a escribir estos días, sobre una ingente obra filosófica desplegada a lo largo de más de medio siglo. Pero, dada la mayor autoridad de quienes lo vayan a hacer, entre ellos sus discípulos directos, yo prefiero quedarme con la persona más que con el filósofo. Porque si su cabeza fue portentosa, su corazón fue mejor.

Tuve la suerte de conocer a Gustavo Bueno a finales de 2004, cuando me honró con el privilegio de presentar mi primer libro en la sala de conferencias de La Nueva España de Oviedo. Autor primerizo y ávido lector de su España frente a Europa y otras obras sobre los problemas políticos contemporáneos (Telebasura y democracia, El mito de la izquierda), he de confesar mis nervios cuando le estreché la mano por primera vez en el café previo a la conferencia. Pero él me recibió con la más franca de las sonrisas y las más amables de las palabras. Y jamás abandonó esa sonrisa y esa amabilidad en las muchas ocasiones en las que, desde entonces, tuve la suerte de compartir con él estrado, tribuna, reunión, sobremesa y paseo.

Cada conversación con Gustavo Bueno era una lección magistral y una fiesta. Porque a sus conocimientos enciclopédicos sobre cualquier tema que surgiese, y a su claridad expositiva, los salpimentaba con comentarios jocosos para amenizar su enérgico discurso. Todos los que alguna vez fueron su público saben de su vehemencia, de su entrega, de la sinceridad de unas palabras que le hacían sudar en el estrado y a las que jamás filtró para quedar bien con nadie. Por eso, cuando le pareció insoportable la mentecatez de un presidente del gobierno de infausto recuerdo, tuvo la paciencia de denunciarlo dedicándole todo un libro. O cuando, ante la cristofobia universal, y a pesar de su pensamiento materialista, defendió en cien palestras el insustituible valor del catolicismo en el mundo actual. O cuando, constatando la imposibilidad creciente de razonar y dialogar en un mundo alérgico al conocimiento, al raciocinio y a la fundamentación de las opiniones, se preguntó si quizás habría que concluir que el único camino posible hacia un régimen político justo sería romper las urnas.

No es fácil encontrar una persona capaz de tratar de asuntos filosóficos, teológicos, históricos o musicales con la solidez y profundidad de Gustavo Bueno, ateo por la gracia de Dios, filósofo todoterreno y pianista en la intimidad. Y menos aún si todo ello lo hacía con simpatía y con una total ausencia de soberbia que se reflejaba en el respeto con el que escuchaba las opiniones del más humilde de sus interlocutores. Porque el mundo está lleno de idiotas ilustrados a los que cada libro que leen sólo les sirve para ahondar en su idiotez y para levantar la nariz marcando distancias con los pobres mortales que no han llegado a su altura. Semejante actitud siempre fue inimaginable en ese sabio de verdad, ese sabio bondadoso que se llamó Gustavo Bueno. Todos los que lo trataron lo saben.

Si el destino le impuso un apellido calificativo, también el destino ha querido que nos haya dicho adiós tan solo dos días después de haberse despedido de su amada esposa Carmen. Una larga vida juntos de la que también se han ido juntos.

Si Dios existe, seguro que ha sentado al bueno de Bueno a su diestra para pasar una eternidad discutiendo con él de mil asuntos filosóficos. Incluido el de la existencia de Dios.

Jesus Lainz

#4

Re: Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

Viendo quién firma el panegírico, creo que le ha hecho una gran "faena" (por no decir algo malsonante).

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#5

Re: Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

Se cumple el ideal de los clásicos: la confluencia entre la belleza y la bondad. Gustavo Bueno (senior) ha unido la belleza de su estilo vital con la bondad natural, que tanto honraba a su apellido.

Coincidí con él en la Fundación para la Defensa de la Nación Española, la original creación de Santiago Abascal. Me asombró entonces su lucidez de octogenario lleno de curiosidad. Lo suyo fue siempre polemizar, con Manolo Sacristán o con el Lucero del Alba. Creo que llegó a discutir consigo mismo. Era de ver cómo rebatía los argumentos de un hipotético adversario. Uno gozaba de sus soliloquios.

No pertenezco al gremio filosófico, pero admiro el talante de los buscadores de la verdad. Gustavo Bueno era su más eximio representante. Nos unió especialmente la dialéctica contra los nacionalistas, la peor plaga ideológica de esta España nuestra, y la crítica a la izquierda establecida. Nuestro filósofo, como Sócrates, no tenía pelos en la lengua y arremetía contra los dogmas políticos todos. Se diría que gozaba con derribar los lugares comunes de la llamada corrección política.

Las obras de Gustavo Bueno difícilmente encajan en las clasificaciones temáticas de las bibliotecas. Por lo menos las últimas se alojan más bien en la nutrida sección de España como problema o los problemas de España. Equivale a una revisión de su historia y a la búsqueda de su identidad como nación. Es más, nuestro filósofo sostiene que España lo fue antes de ser una nación política. Arduo debate.


No es fácil determinar contra quién polemiza nuestro hombre. Habría que concluir: contra todos, contra mundum. Se trata de un buen ejemplo de la traída y llevada cuestión de la misión de los intelectuales. Los cuales se definen por ser radicalmente independientes de todo poder. Parece una tarea imposible, pero a veces se logra, como en este caso del profesor de Oviedo.

Es el momento de lamentar el último viaje de un gran pensador. Ojalá sirva para que se cultive más la formación generalista de nuestros escritores, incluidos filósofos e historiadores. O también para que se acabe el complejo de la izquierda de referirse a España, una entidad con nombre propio, que se resiste a ser considerada de forma minúscula, como “este país”.

Se debe decir que no pocos colaboradores de Libertad Digital comulgan con las tesis y sobre todo con el talante intelectual de Gustavo Bueno. Pocos medios en España podrán decir otro tanto. De ahí que este personal obituario debería plegarse a lo que digan otras firmas de este digital.

Amando de Miguel

#6

Re: Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

Otro ¿No se darán cuenta de que le hacen un flaco favor?

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#7

Re: Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

Domingo, 7 de agosto. Llego a Niembro a las once de la noche. Me presento y le pido permiso a una de sus hijas para verlo. ¡Ha muerto un filósofo! Estoy a solas ante el cadáver de Gustavo Bueno. El féretro está situado en el centro de la estancia. Es su despacho de trabajo. Está rodeado de libros. Preside la sala un bello cuadro, un retrato al óleo del filósofo, alegre y sonriente, que contrasta con las serenidad del rostro de un finado de 91 años. Estoy un rato a solas con el muerto. Rato de recuerdos. Rato para retirarse a la terrible soledad de nuestro propio filosofar. Rato para rendirle homenaje a un maestro. Lo conocí discutiendo con Carlos Díaz, otro gran filósofo español, en el año 1972, sobre qué es filosofía. Yo era un estudiante de los primeros años de Filosofía. Allí aprendí que sin pasión no hay sabiduría. Sospecho que el Instituto Luis Vives, en el CSIC, nunca después ha acogido una discusión de esa solvencia. Gracias a esa pasión, Bueno fue, es y será un hombre a la búsqueda del ser, un filósofo, dispuesto siempre a comparecer en la ciudad, en lo público, para pagar su prenda o ser sacrificado. Bueno es un modelo de filósofo que repitió con originalidad, creatividad y valentía la actitud del primer filósofo de la historia: Sócrates. Bueno no fue un filósofo-rey sino un filósofo-ciudadano. Jamás se escondió. Fue valiente. A su lado, casi todos parecen filósofos de partido.

Se me acumulan las imágenes, las lecturas y las discusiones provocadas continuamente por este hombre. Miro distraídamente a mi derecha para salir de mi pena y observo una mesa llena de figuritas de búhos; por encima de estos simpáticos símbolos de la filosofía, hay una estantería repleta de libros donde sobresale un ejemplar en piel de las Obras Completas de Quevedo. ¡El gran Quevedo no podía faltar en la biblioteca de un filósofo español! Inmediatamente me vienen a la memoria esos dos primeros versos del soneto a la muerte del duque de Osuna: “Faltar pudo su patria al grande Osuna,/ pero no a su defensa sus hazañas”. Tampoco España, la oficial y encorsetada España de los premios, le ha hecho a Gustavo Bueno justicia. Gustavo Bueno se merece un homenaje nacional. Todos hemos llegado tarde, incluso sus amigos. ¡Cuántas veces, querido Gabriel Albiac, hemos hablado de ese homenaje! España, ay, siempre injusta con sus grandes pensadores. Bueno estuvo en mil batallas y solo puso pie en pared para coger impulso y superar al adversario. Creo que una de las más grandes que ha librado, en las dos últimas décadas, es un extraño amor que, junto a la filosofía, también inventaron los griegos. Me refiero al amor a la patria.

Varios libros dedicó a ese tipo de amor a lo común. A la polis. Todos son importantes. Aquí, sobre la mesa donde escribo, tengo uno: España no es un mito. Contiene toda una filosofía contra los enemigos de la idea de España. Sin duda alguna, es una obra imprescindible para pensar España, sus argumentos son contundentes, sus ejemplos de gran solvencia, pero creo que lo mejor del libro es su espíritu. Este libro está animado por la vitalidad de un pensamiento joven, aunque escrito cuando tenía más de ochenta años, y por un sentimiento patriótico digno de ser imitado por todos los españoles de bien. Sí, Gustavo Bueno escribió ese libro, cuando se dio cuenta de que su patria, su nación, estaba en peligro. Ahí está el toque. Lo loable de la obra. España sigue estando al borde del abismo, pero contar las iniquidades contra la nación, lo común, como lo hizo Gustavo Bueno, ya es una manera de abordarlas y combatirlas. Porque estaba en las antípodas de cualquier nacionalismo, de cualquier tabú del incesto con la tierra, Gustavo Bueno supo convertir las fuerzas de la historia de España en potencias del individuo. Demos gracias al maestro por su lección: “España no es un mito”. Abro el libro y hallo esta dedicatoria: “Para Agapito Maestre, que, como el autor de este libro, puede agradecer a los dioses el haber nacido español y no bárbaro. Con un gran abrazo, Gustavo Bueno”.

#8

Re: Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

Ahora veo por qué a los palmeros de Millán Astray, a los enemigos de la inteligencia, de repente les ha entrado un gran amor por la filosofía. A ver si se les pasa pronto la fiebre, para beneficio de la auténtica filosofía.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#9

Re: Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

Ha hablado el ficticio filósofo que se hace pasar por el auténtico, jajajajaja.

#10

Re: Fallece a los 91 años el filósofo Gustavo Bueno

Descanse en paz.

Y sin entrar en valoraciones político-filosóficas, algo descansaremos nosotros, porque la verdad era bastante peñazo.

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