Re: Catalunya - España 2018...cosas que pasan
http://www.elmundo.es/cataluna/2018/10/01/5bb203baca474108198b4609.html
Detenido el presunto autor de puñetazos a un guardia civil manifestante de Jusapol en Barcelona.
Dentro vídeo.
http://www.elmundo.es/cataluna/2018/10/01/5bb203baca474108198b4609.html
Detenido el presunto autor de puñetazos a un guardia civil manifestante de Jusapol en Barcelona.
Dentro vídeo.
serra yo lo unico que veo es que en cataluña, ni hay independencia, la economia catalana se va resintiendo, los politicos implicados siguen en la carcel y el puchi con otros huidos sin poder venir a su tierra...mal panorama teneis....jjj
eso si todo el dia os estais lamentando de que estais oprimidos y que españa os roba...ufffffff dais pena la verdad, solo os queda ir en busca de la tierra prometida....jjj
animo serra saludos compatriota
no decia alguien en este foro que el camarada boxeador era un infiltrado de la policia ????
espero que acabe en la carcel unos meses para que aprenda !!!
saludos
Cachiñipox lo dijo.
Pues reconozco que casi me había convencido... Se expresa muy bien nuestro amigo forero. (Tiene mucha labia ).
"un guardia civil manifestante"...digo yo que será simplemente un manifestante o no?
yo estaba hablando de tus encuestas...no de tus miserias
https://www.youtube.com/watch?v=N5FNZoT-DMc
OPINIÓN
El año en que conocimos España
Bea Talegón
Madrid. Lunes, 1 de octubre de 2018
Desde hace un año algunos hemos podido asomarnos a conocer una realidad que imaginábamos, sospechábamos, intuíamos, pero que aún no habíamos masticado.
Caído el telón, para algunos, ha aparecido un pueblo. Vecinos que llevan cruzándose toda la vida y no han pasado del “buenos días”, como mucho, hoy está experimentando un proceso de socialización sin precedentes.
Romper el individualismo. El egoísmo absurdo de una sociedad envenenada de miedo, de desconfianza y engañada a partes iguales. Defender lo que se cree justo de manera democrática. Y encontrarse con los bordes de la infinita (y falsa) posibilidad en la que cabe debatir de todo.
Hace un año desde que hemos vivido la manipulación sin precedentes (o no) de los medios de comunicación, que han abusado tanto de sus prerrogativas como para destrozar el más mínimo criterio de veracidad. Ahora ya nadie cree en nada ni aunque suceda frente a sus ojos. Lo han llamado “posverdad” porque llamarlo “mierda” quedaba feo.
Ahora ya nadie cree en nada ni aunque suceda frente a sus ojos; lo han llamado 'posverdad' porque llamarlo 'mierda' quedaba feo
Hace doce meses que hemos podido entender mejor el absoluto caciquismo y compadreo de todo lo que huele a poder. Mientras unos han entrado en prisión sin haber roto un plato, otros ha robado platos, se los han esnifado, se los han follado (con perdón), se han puesto hasta las orejas mientras otros no tenían nada... y nadie puede pedirles cuentas. Porque si lo hace, todos los platos caerán contra el que denuncia.
365 días de disgusto en disgusto. Al ver que aquí no queda ni un palmo limpio. A borbotones sale esta masa podrida que produce tal desolación que una ya no sabe si ponerse a limpiar o marcharse a la luna.
En esta vida hay quien prefiere saber la verdad y tratar de actuar en consecuencia. Otros, sin embargo, prefieren no conocer lo que ocurre para poder vivir más “tranquilos”. Y como dicen Antílopez: “Españita clase media, y vivo entrecomillao. Y me aseguro mi bollo y mojo del que está al lao”.
En resumen, por si alguien acaba de llegar: hace un año tres millones de personas salieron a expresar su opinión a través de urnas y papeletas. Previamente el gobierno de Catalunya, encabezado por Puigdemont, había intentado llevar a cabo el referéndum de manera pactada con España. No hubo manera. Y como quiera que sea que a Puigdemont le eligieron en unas elecciones para poner las urnas en Catalunya y dejar que el pueblo se expresase, pues lo hizo.
Era evidente que enviar a miles de policías a liarse a hostias con todo lo que se pusiera por delante no era la opción más ponderada, ni justa ni estratégicamente inteligente
Rajoy podría haber pasado olímpicamente del 1 de octubre. Total, no era la primera vez que se votaba. Tampoco sería la última si no le daba especial importancia... esto lo sabía cualquiera. Como era evidente que enviar a miles de policías a liarse a hostias con todo lo que se pusiera por delante no era la opción más ponderada, ni justa ni estratégicamente inteligente. ¿O sí? Lo sería si realmente aquí hubiese un plan en el que fuera importante que alguien comenzara a querer tumbar la estaca.
Y desde entonces han metido en la cárcel a todo el que han pillado. Y si no lo han hecho, han intentado que haya miedo entre cualquiera. Porque ya no puedes expresarte. No sé si alguna vez en realidad pudimos.
Pero esta vez es diferente. Esta revolución comenzó para llevarse a cabo. No sé si en España desconocen que los catalanes no sólo hacen cosas, sino que la gracia está en cómo las hacen y... lo más importante: que suelen terminarlas. Y esa forma “catalana” de entender la responsabilidad conlleva que seamos cada día más los que entendamos que esta es la revolución necesaria en la que las semillas de rebeldía han de convertirse, como dice la canción, en libertad.
Fuerza. Ánimo. Y gracias.
Mirada larga. Paso firme. Mente fría.
Democracia y paz por bandera.
Feliz 1 de octubre.
miserias !!! las vuestras que no acabais de encontrar "el pais de nunca jamas" jjjj añadiria que el amigo torra se parece al capitan garfio....jjj
desde que año decis que estais luchando por la republica ??? no se pero yo no lo veo, ademas olvidais que somos mas los que queremos seguir en españa todos juntitos jjj
sobre la encuesta bueno....todo igual la mitad indepe y la otra mitad NO....yo propongo que contrateis los indepes un cohete para buscar un planeta y alli instaurar vuestra republica independiente, seguro que encontrais un territorio para montar el chiringo....jjjj eso si llevaros a los pujol con vosotros.
saludos compatriota
PD 1 de octubre menuda fecha para convocar un seudoreferendum...jjjj
Soluciones políticas, ¿para quién?
TRIBUNA
LPO
Un filósofo con criterio recomendaba que si en un texto nos cruzábamos con la palabra dialéctica probáramos a suprimirla y volver a leerlo. Si el texto mejoraba, como sucede siempre que la prosa se aproxima a la concisión de las cartas comerciales, quedaba demostrado que dialéctica era mampostería. Si el texto no encontraba un sentido cabal, mejor arrojarlo a la papelera.
Siempre me acuerdo de aquella recomendación cuando me encuentro con uno de esos comodines que apuntalan la retórica política. Me sucede con federalismo, autogobierno, cambio, reforma constitucional o diálogo. A todos les gustan mientras no se pidan detalles. Cada político entiende lo que quiere, si entiende algo, y queda a la espera de que no tarde en llegar la siguiente pregunta, no sea que alguien le importune reclamando precisiones.
El conjuro, a veces, resulta útil durante un tiempo y hasta cumple funciones apaciguadoras o, por mejor decir, narcóticas. Ahí está la Constitución con sus nacionalidades y regiones. Se pacta la confusión, el "estamos de acuerdo, aunque no sabemos en qué", y cada cual vuelve a su respectivo cuartel ensayando su particular mirada tontiastuta para decirle a su tropa: "Se la hemos colado". Los nacionalistas, maestros del género, han mostrado una productividad estajanovista en facturar esa chatarra: lengua propia, normalización, comunidades históricas."Ustedes compren las morcillas que ya nos encargaremos de rellenarlas a nuestro gusto", nos decían sin mentir. Y las compramos.
Pero, salvo para los chamanes, los conjuros no sirven. Las ambigüedades más temprano que tarde reclaman su letra pequeña y los comodines -incluso Franco, ese moro muerto tan reutilizable- ya no dan más de sí. En esa hora los problemas reaparecen encanallados y, como en las cosas del querer, asoman los reproches de promesas que nadie hizo pero que cada uno cree recordar según su conveniencia.
El Gobierno ha vuelto a poner en circulación un comodín ya manoseado: "buscar soluciones políticas al conflicto catalán". En cinco palabras, dos ambigüedades y un perímetro errado. La primera: la descripción del conflicto. Según algunos, el conflicto es el resultado de no atender las exigencias nacionalistas. Las razones de por qué habría que hacerlo no están claras. La explotación económica y la falta de reconocimiento de la identidad, tantas veces invocadas, son fabulaciones: Cataluña es una economía con respiración asistida y si hay una identidad despreciada es la de la mayoría de los catalanes que, para empezar, no pueden estudiar en su lengua materna. Algunos, creyendo precisar, dicen que los independentistas son muchos y que sus demandas están muy consolidadas. Un argumento que habría valido para los racistas en Alabama o los sexistas de aquí mismo. Que nadie se escandalice con la comparación. Estamos ante idéntico guión: unos cuantos reclaman limitar los derechos de otros en virtud de una característica, de su sexo, color de la piel o identidad. Tradicionalmente la respuesta política cabal consistió en combatir las ideas perniciosas sin que importara el número ni la fijación -incluso biológica- de los trastornos. El imperio y la pedagogía de la ley cumplieron su función. La gente cambia hasta de adicciones. Recuerden que este era un país de fumadores hace dos días.
La primera ambigüedad sostiene la segunda: la descripción del problema decide la solución. Con la descripción anterior, no queda otra que aceptar la solución nacionalista. Una solución, eso sí, para los nacionalistas, no para Cataluña. Y, no cabe engañarse, consiste en reconocer a Cataluña como unidad de soberanía. Cualquier referéndum, en plata, quiere decir la independencia de facto o su simple posibilidad, que es también la independencia. Soberano es quien tiene la última palabra y, aunque permanezca callado, mantiene intacto el poder de hablar cuando lo crea conveniente. En el mismo acto de votar se acepta un demos legítimo.
Por aquí asoma la tercera imprecisión: el perímetro del problema no es Cataluña, sino España. Lo es en un sentido inmediato, entre otras cosas porque los ciudadanos no pueden acceder a posiciones laborales en igualdad de condiciones. Pero lo es también en un sentido más hondo. Y es que la aceptación por todos del relato nacionalista ha degradado la calidad de la democracia española. Los esfuerzos de tantos por liberar al nacionalismo de sus responsabilidades han conducido a rebajar las exigencias de calidad democrática y a vaciar de sentido los fundamentos del Estado de derecho. Lo hemos visto en las repuestas ante discursos incendiarios, como el de Torra en el Teatro Nacional, jamás escuchados en boca de un cargo político comparable en los últimos cuarenta años. Cuanto todavía no se había vaciado la sala ya se escuchaban voces dispuestas a encontrar señales de buena disposición o a ofrecer al pirómano coartadas que nunca solicitó: son sólo palabras. El criterio de calibración se reajustaba para hacer digerible el delirio. Una senda de impunidad que permitió a los nacionalistas cultivar su hipersensibilidad de perpetuamente ofendidos y, al final, recocidos en su propia salsa, los arrojó al vértigo del 1-O. Pero si mala es la reacción ante los escupitajos, peor lo es cuando esas mismas voces agradecen el cumplimiento de la ley. Quien entiende el cumplimiento de la ley como un gesto de buena voluntad corrompe el concepto mismo de ley, que no contempla la discrecionalidad del consumidor. Acepta, implícitamente, que los poderes públicos puedan saltarse la ley. Si el cumplimiento de la ley es potestativo, no hay ley sino arbitrariedad. Sí, el daño mayor del nacionalismo no es el que ha hecho a los catalanes, con ser enorme, sino el que ha hecho a la democracia española.
El Gobierno no puede comprar el relato del conflicto de quienes quieren destruir el Estado a riesgo de poner en peligro nuestra democracia. Además, se trata de mercancía falsa. Y es que hay otra descripción del problema, más ajustada a los hechos y más acorde en sus soluciones con perspectivas de izquierdas. Eso sí, no se trata de soluciones para los nacionalistas, sino para los españoles. El problema en Cataluña es de libertades. Ahí va un resumen del conflicto realmente existente. Un parlamento cerrado, un presidente a las órdenes de un fugado de la Justicia que proclama estar en guerra con España, un partido político mayoritario al que niegan permisos para actos públicos, una Consejería de Interior con carteles en defensa de encausados de la justicia y unas instituciones de todos señoreadas por banderas de parte. El problema, por precisar, es el nacionalismo. La tensión y la deslealtad son sus maneras de estar en política. El nacionalismo es el problema que se presenta como solución a problemas que recrea y de los que se nutre.
Si se asume el diagnóstico de que estamos frente a una ideología constitutivamente desigualitaria que hay que combatir si nos importa una comunidad de ciudadanos libres e iguales, estaremos en condiciones de ofrecer respuestas políticas serias, que no buscan reconciliarse con el mundo, sino cambiarlo de verdad. Nada más desolador que escuchar el lamento de Borrell: "Ya me gustaría a mí tener los medios y recursos del Diplocat". Triste, pero no sorprendente. Es la inexorable consecuencia de aceptar el relato nacionalista del conflicto, su solución política: la derrota del Estado.
Yo también creo que estamos ante un conflicto político, el de la Ilustración frente a una de las variantes del pensamiento reaccionario, la más clásica. Asumido ese diagnóstico, ahí va una lista (parcial) de soluciones políticas, de izquierdas, por precisar: recuperar las competencias en educación, acabar con las embajaditas, poner a los mossos a las órdenes de Interior y denunciar a TV3 por delito de odio cada vez que corresponda -esto es, cada día- y, sobre todo, crear diseños institucionales que nos eviten depender a todos de unos pocos que se despreocupan por definición del interés de todos. No estoy seguro de que en diez años se resolviera el problema. De lo que sí lo estoy es de que la solución no consiste en volver a repetir lo que nos ha llevado donde estamos, camino de desmontar el Estado.
Félix Ovejero es profesor de Ética y Economía de la Universidad de Barcelona. Su último libro, de próxima aparición, es La deriva reaccionaria de la izquierda(Página Indómita).
Esta vez me ha costado un poquito más aclarar este embrollo...pero una vez más las mentiras tienen las patitas muy cortas.
El integrante de chusmapol que le hicieron pupita...es el mismo que instantes antes se dedica a a golpear a diestro y siniestro.
Pero tranquilo...que ya estoy yo aquí para aclararlo...me imagino que estarás consternado de su conducta como guardia civil "manifestante".
https://twitter.com/jonathanmartinz/status/1046772991688884225?s=19
Esto no sandrá en espejo público a que no?
Qué violencia!!!
Qué pena!!
y que lo digas...esta gentuza de chusmapol...son lo peor....te pongo el gif...es el tipo de la derecha.
No sé porqué no le reventasteis la cabeza o haberle pateado el hígado.....
No estarías tú supongo, si no, no sale vivo.
Qué bonitas las imágenes de Cataluña hoy.... vaya país tercermundista.... Parece Venezuela. Peor porque su presidente es un tonto útil, títere de los violentos y de un fugado que se caga en los calzoncillos.
Es hasta terapeutico un desahogo fisico que no llegue a mayores, pero lo más peligroso son los cobardes instigadores que tiran la piedra y luego esconden la mano. y que solo inducen e instigan (sin conseguirlo) a la violencia de otros con poco cerebro e impulsivos utilizandolos porque ellos son incapaces.
A la buena gente y noble, por lo menos se les ve venir, a algunos incitando a la violencia con el verbo solo, no se les ve y por eso son más peligrosos y cobardes porque hay más violencia e intimidacion en una estafa bancaria o vendiendo preferentes a jubilados con traje y corbata, por ejemplo
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En las sociedades modernas con dar a un boton, ya se mata sin conciencia y sin mancharse las manos y es mejor para tanta cobardia.
Recordemos que el álbum está basado en la fábula política "Animal Farm" de George Orwell. Aunque en las ideas de Waters y el grupo, los "perros" tengan un énfasis ligeramente distinto( representando, con éstos, más al sector empresarial que a los representantes de la ley como sucede en la fábula)
Pink Floyd - Dogs (Subtítulos en Español)
Un saludo