Re: Catalunya - España 2.019 cosas que pasan
La mentira recurrente del prófugo
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VÍCTOR MONDELO
Manifestantes con caretas de Puigdemont frente al Parlamento Europeo.REUTERS
Puigdemont ha cimentado su supervivencia en la mentira. Desde que huyó de la autoproclamada -y ficticia- república catalana para evitar ser apresado y juzgado junto a buena parte de su Govern, el ex presidente de la Generalitat ha hecho del fraude su método.
Prueba de ello fue lo ocurrido ayer en Kehl, la anónima ciudad alemana desde la que consumó su última traición al electorado secesionista. Desde allí decidió el «president legítim» que no cruzaría la frontera para pisar el francés suelo de Estrasburgo por miedo a ser detenido y extraditado a España para rendir cuentas ante el Supremo. Y al hacerlo incumplió la promesa electoral que lo convirtió en el candidato más votado en Cataluña en las europeas. El falaz argumento que le permitió imponerse a Junqueras en su particular pulso por el control del independentismo.
El 13 de mayo garantizó Puigdemont que, si resultaba elegido eurodiputado, ocuparía su escaño valiéndose de su inmunidad parlamentaria. Las autoridades europeas desmintieron que pudiera adquirir tal inmunidad sin obtener su condición de diputado, para lo que tendría que regresar a España, presentarse ante la Junta Electoral y acatar la Constitución. El prófugo pidió a sus acólitos que no escucharan al establishment y barrió al candidato preso de ERC.
Lo doblegó calcando la estrategia empleada en las autonómicas del 21-D, las posteriores a la aplicación del 155. Perjuró entonces Puigdemont que, tras ganar los comicios, volvería a Cataluña e ingresaría en el Palau de la Generalitat para ocupar el cargo del que había sido depuesto por obra de la Carta Magna. Tras acobardarse, atrincherarse en Waterloo e inventar un Govern paralelo sin capacidad ejecutiva, culpó a ERC de no haberse atrevido a desobedecer al Constitucional para investirlo, nombró a Torra y aseguró a sus seguidores que, a lo largo de la legislatura, sería «restituido» presidente de la Generalitat. No renunció a la reelección hasta tener diseñada su nueva mentira: la del blindado escaño europeo. Y de nuevo convenció a un votante, el independentista, proclive al autoengaño.